Un estudio del Royal Veterinary College ha revelado una diferencia significativa entre la forma en que los médicos diagnostican la epilepsia en comparación con las recomendaciones actuales de los expertos, lo que respalda la petición de pautas de diagnóstico más claras para su aplicación en la práctica clínica.
Si bien las convulsiones son comunes en la práctica veterinaria, este nuevo estudio muestra que aproximadamente 1 de cada 160 perros bajo atención veterinaria se ven afectados por convulsiones cada año. Muchos perros con convulsiones tienen epilepsia subyacente, que se define como perros con dos o más convulsiones no provocadas con al menos 24 horas de diferencia. Las crisis epilépticas pueden ser secundarias a epilepsia idiopática, epilepsia estructural o epilepsia de causa desconocida.
Sin embargo, hasta ahora ha habido poca información sobre las clasificaciones de las convulsiones, los enfoques de diagnóstico o el manejo clínico de los perros con convulsiones.
Al explorar los registros clínicos de las clínicas veterinarias en el Reino Unido, el estudio encontró que los perros asegurados y los perros menores de 12 años tenían más probabilidades de recibir una evaluación de diagnóstico avanzada, lo que sugiere que los factores financieros y de pronóstico percibidos influyen en la gestión de casos.
El estudio identificó 2.834 casos de convulsiones de una población de 455.553 perros que asistieron a las clínicas veterinarias durante 2013.
HALLAZGOS
Entre los hallazgos más destacados, los autores resaltan que el riesgo de incidencia anual de convulsiones en perros fue del 0,62%.
Las razas más comunes entre los casos de convulsiones fueron Labrador Retrievers (8,6%), Staffordshire Bull Terriers (6,1%), Jack Russell Terriers (5,8%) y Yorkshire Terriers (5,0%).
579 (20,5%) casos de convulsiones cumplieron los criterios de epilepsia según el sistema de clasificación del Grupo de Trabajo Internacional sobre Epilepsia Veterinaria (IVETF), en comparación con solo 245 (8,6%) que fueron registrados formalmente con epilepsia por los equipos veterinarios que lo atendieron.
En general, 1.415 (49,9%) casos recibieron una evaluación diagnóstica equivalente o superior a las pruebas de diagnóstico IVETF Nivel 1.
Ser menor de 12 años y estar asegurado fueron factores de riesgo para recibir una evaluación de diagnóstico IVETF de Nivel 1 o superior entre los casos de convulsiones.
Los perros que recibieron evaluación de diagnóstico IVETF Nivel 1 o superior, MRI o análisis de LCR tenían más probabilidades de ser registrados con epilepsia por los equipos veterinarios.
Dan O'Neill, profesor titular de epidemiología de animales de compañía en el RVC y autor del artículo, señala que “ver a su perro sufrir una convulsión puede ser un momento increíblemente aterrador para cualquier dueño. Es realmente importante que los perros que padecen convulsiones sean diagnosticados rápidamente para decidir si no necesitan tratamiento más allá de un control cuidadoso o requieren un estudio clínico para definir la causa de las convulsiones. En la actualidad, existen algunos tratamientos excelentes para muchas enfermedades relacionadas con las convulsiones. Este estudio ayuda a comprender el estado actual del manejo de las convulsiones en perros e identifica oportunidades para mejorar el cuidado”.