Desde finales de julio de 2020, se ha informado sobre la circulación de influenza aviar altamente patógena (IAAP) H5N8 en aves de corral domésticas y aves silvestres (incluidos Cygnus olor) en el sur de Rusia, cerca de la frontera con Kazajstán. En julio de 2020, también se produjeron muertes en córvidos (cuervos comunes) y anátidas (patos) en la vecina Kazajistán, seguidas de la detección de brotes de IAAP H5 en aves de corral de traspatio. Estos brotes probablemente se debieron a la introducción del virus por aves silvestres.
Sobre la base de la experiencia pasada, el patrón espacial de los brotes sugiere que el virus en Kazajistán esté relacionado con el virus IAAP H5N8 detectado en la Federación de Rusia, con patogenicidad demostrada tanto en aves de corral como silvestres. La notificación del foco de HPAI el 28 de septiembre en la República de Karachay-Cherkessia, Federación de Rusia, podría ser una indicación temprana de la propagación hacia el oeste de este virus.
Desde agosto a principios de diciembre es el período en el que las aves migratorias abandonan sus lugares de reproducción de primavera-verano en Rusia en busca de áreas de alimentación en lugares más cálidos, deteniéndose en múltiples lugares de descanso en Europa y Asia occidental.
El pasado 17 de octubre, un cisne mudo (Cygnus Olor), especie que en la zona no está considerada como ave migratoria y que actúa como centinela, fue encontrado muerto en un área de humedales cerca de Utrecht. El 20 de octubre, las autoridades holandesas notificaron el primer foco de Influenza Aviar de alta patogenicidad H5N8, habiendo comunicado asimismo la existencia de dos sospechas adicionales en una región algo más al norte del país, a la espera de su confirmación por parte del laboratorio.
Dada la actual situación de circulación del subtipo H5N8 en Centroeuropa, Asia Oriental y Oriente Medio, desde el MAPA recuerdan la necesidad de reforzar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas, especialmente aquellas medidas destinadas a evitar el contacto directo e indirecto con aves silvestres, así como reforzar la vigilancia pasiva tanto en explotaciones avícolas como en aves silvestres, notificando a los servicios veterinarios oficiales cualquier sospecha de enfermedad de forma inmediata. Además, se debe incrementar la sensibilización de ganaderos, veterinarios de explotación, cazadores y toda la población en general sobre la influenza aviar altamente patógena, las medidas de precaución y los mecanismos de notificación de aves enfermas o muertas.