La tricomonosis oral en las aves es una infección causada por el protozoo parásito Trichomonas gallinae. Al infectar principalmente la mucosa orofaríngea y del buche, las lesiones severas pueden causar la muerte de las aves por asfixia o por inanición, al impedirles tragar, o provocar una infección sistémica letal. Con el objetivo de facilitar el pronóstico y determinar el mejor tratamiento de esta infección, especialmente en el caso de aves rapaces, investigadores de las Universidades CEU Cardenal Herrera (CEU UCH), Complutense de Madrid (UCM), Católica de Valencia (UCV) y del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) han publicado la primera escala de lesiones en aves causadas por tricomonosis en la revista científica internacional Veterinary Parasitology.
Según explican los investigadores Marilena Garijo y Joaquín Ortega, profesores de Parasitología Veterinaria y Anatomía Patológica, respectivamente, en la CEU UCH, “en esta escala hemos determinado tres niveles de gravedad de las lesiones por tricomonosis oral –leves, moderadas y severas- en función de su tamaño, profundidad y localización. Tras la selección y análisis de 94 casos clínicos de interés para este estudio, hemos detectado que la localización y el tipo de lesiones en la zona orofaríngea de las aves varía según las especies y el orden al que pertenecen. Su clasificación en categorías permitirá a los veterinarios establecer un mejor pronóstico de la infección y el tratamiento más adecuado en cada caso”.
DE LAS PALOMAS, A LAS RAPACES
Las palomas y tórtolas son el reservorio natural del protozoo causante de la tricomonosis orofaríngea y muchas de ellas son portadoras de este parásito, pero se han adaptado a la enfermedad y sus defensas pueden controlarla. Sin embargo, estas aves pueden transmitir la infección a otras especies, a través del agua o la comida, o al ser devoradas por rapaces. La mortalidad por tricomonosis es mayor en aves rapaces, algunas de ellas en peligro de extinción, y en otras especies domésticas, como canarios y jilgueros, entre los que pueden producirse brotes epidémicos.
En los casos clínicos estudiados para determinar la escala de lesiones por tricomonosis, los investigadores españoles han analizado casos en aves de cuatro órdenes distintos que agrupan a las rapaces diurnas y nocturnas y a las aves columbiformes. En un 10,6% de los casos, las lesiones detectadas han sido leves, moderadas en un 18,1% y severas en el 71,3%. “En los casos leves y moderados, los tratamientos suelen resultar eficaces, pero casi en tres de cada cuatro aves con tricomonosis oral hemos detectado lesiones graves, con un mal pronóstico que derivan en una mortalidad muy elevada. Para estos casos, ni los fármacos ni la cirugía resultan eficaces y se recomienda la eutanasia. Por ello, una extensión de la infección entre las rapaces podría ser muy grave para la preservación de especies vulnerables en España, como el águila perdicera”.
EQUIPO INVESTIGADOR
Junto a los profesores Marilena Garijo y Joaquín Ortega, han formado parte del equipo investigador, la doctora María del Carmen Martínez Herrero, que realizó su tesis sobre tricomonosis en la CEU UCH; el profesor José Sansano, de la UCV y doctor en la misma especialidad; la profesora María Teresa Gómez Muñoz, de la Complutense; y los investigadores del Grupo GREFA Fernando González e Irene López Márquez.
Los profesores de la Facultad de Veterinaria de la CEU UCH Marilena Garijo y Joaquín Ortega, coautores de la primera clasificación de lesiones en aves por tricomonosis oral.