El 15 de septiembre se celebra el Día Mundial del Linfoma. La conmemoración de este día, por iniciativa de la Lymphoma Coalition, pretende concienciar y dar a conocer a la población esta enfermedad, así como reconocer sus síntomas a tiempo de manera que se pueda realizar un diagnóstico y aplicar un tratamiento precoz.
El linfoma es un término que engloba un grupo de cánceres que derivan de los linfocitos. Es una enfermedad sanguínea que afecta al sistema inmune produciendo una proliferación maligna de linfocitos, un tipo de glóbulos blancos, los cuales son los encargados de ayudar al sistema inmunológico a combatir las infecciones. Estos están muy concentrados en órganos que tienen un fuerte papel en el sistema inmunológico, como los ganglios linfáticos o la médula ósea y es por eso por lo que es en estos órganos donde se producen la mayoría de los cánceres de linfoma.
Este tipo de cáncer es común en personas y en perros. Desde la Morris Animal Foundation explican que, aunque el linfoma puede afectar a cualquier raza de perro y a cualquier edad, en los perros de mediana edad y los perros mayores, entre 6 y 9 años, suele diagnosticarse con más frecuencia, así como los perros de raza boxers, mástines, bassets hounds, san bernardos, terrier escocés, airedale terrier, golden retriever y los bulldogs.
El linfoma canino es muy similar al linfoma no Hodgking en los humanos. Las semejanzas son tan amplias que los veterinarios y los médicos de salud humana utilizan casi los mismos protocolos de quimioterapia para tratar el linfoma en ambos pacientes, exponen desde el American Kennel Club.
Hay más de 30 tipos diferentes de linfomas caninos conocidos, los cuales presentan diferencias en la agresividad, las tasas de supervivencia y los signos clínicos. Desde la American College of Veterinary Internal Medicine (ACVIM) subrayan que la forma multicéntrica es la más común en el linfoma canino, presentando un 80 a 85% de los casos, seguida del linfoma digestivo, que presentan un 7% de los casos, y el linfoma de piel, afectando al 6% de los perros.
SÍNTOMAS, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Los síntomas del linfoma son muy sutiles y puede parecer que son síntomas de otras enfermedades. La pérdida de peso, el letargo o la anorexia son los signos más comunes, pero también la inflamación de ganglios, los vómitos, la diarrea o la dificultad para respirar. La Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) publicó una tabla con un conjunto de síntomas que pueden hacer sospechar de un posible proceso oncológico. Ante cualquier duda o señal que pueda parecer síntoma de un linfoma o cáncer, recomiendan llamar al veterinario para que pueda asesorar sobre el mejor tratamiento adecuado a cada paciente.
En cuanto al diagnóstico, se establece mediante una citología por aspiración o mediante una biopsia del tejido afectado, informa la ACVIM. Además, dependiendo del pronóstico y del tipo de linfoma que afecte a la mascota, también se necesitará pruebas especiales como un análisis de sangre, análisis de orina, radiografías e imágenes del tórax.
Una vez establecido el diagnóstico, el veterinario elige el tratamiento más adecuado para cada paciente. La quimioterapia es el tratamiento más efectivo y usado contra el linfoma canino. La quimioterapia combinada simultáneamente con otro tipo de fármaco, o secuencial, un fármaco seguido de otro, puede llegar a producir una remisión prolongada y duraciones más altas de supervivencia. Existen también vacunas que incluyen terapia inmunológica contra el linfoma. Estas vacunas no son como las que se usan para prevenir enfermedades infecciosas, sino que están diseñadas para atacar las células cancerosas. No obstante, este método aún está estudiándose, así como el trasplante o tratamiento de médula ósea, comenta la ACVIM.
Es normal que muchos dueños de perros se preocupen por la quimioterapia, pero la mayoría de los perros la toleran muy bien y pueden llegar a tener una excelente calidad de vida. Aún así, recomiendan consultar con el veterinario o el oncólogo veterinario todas las dudas sobre el diagnóstico y el tratamiento, para estar tranquilos y poder ayudar al proceso de recuperación del animal.
VIVIR CON UN PERRO CON LINFOMA
La preocupación más frecuente y habitual en los dueños con perros afectados por un linfoma es saber si su mascota va a sobrevivir y por cuánto tiempo. Esta información ayuda a prepararse emocionalmente y a realizar aquellos arreglos y cuidados necesarios para la mascota. La American Kennel Club manifiesta que esta respuesta no es tan simple, ya que cada pronóstico es diferente dependiendo del paciente. Además, hay que tener en cuenta conceptos como remisión y cura, ya que, aún, el linfoma canino no tiene cura. La remisión del cáncer se logra en 80 al 90% de los casos, con un tiempo de supervivencia de 10 a 12 meses, mientras que del 20 al 25% solo vivirán dos años más. De esta manera, el tratamiento puede otorgar a la mascota un tiempo extra, pero raramente se cura la enfermedad.
Por último, los expertos recomiendan estar en pleno contacto con el veterinario, para ir estableciendo los cuidados que la mascota necesita y saber en qué momento el perro necesitará cuidados paliativos. Además, aconsejan ser proactivos sobre el cáncer de la mascota ya que ayuda a aceptar su final y su papel en la vida del animal.