En los últimos días, los medios de comunicación y la sociedad han seguido con atención la aparición de la enfermedad causada por el virus de la fiebre del Nilo Occidental y la fiebre de Crimea-Congo en el sur de la península Ibérica. Estas enfermedades que provienen de los animales y afectan a los humanos evidencian, una vez más, la importancia de coordinar la profesión médica y la profesión veterinaria en lo que en Europa se ha bautizado cómo "One Health" (Una sola Salud).
Hay que repensar la salud pública. Las zoonosis –enfermedades transmisibles entre hombres y animales– han sido siempre un campo muy importante de estudio y previsión: las ocho enfermedades que la OMS considera mayor amenaza para la salud pública provienen de los animales. Justamente la enfermedad provocada por el virus de la fiebre del Nilo afecta principalmente a las aves, pero al ser transmitida a través de un mosquito, pueden afectar también a caballos y a hombres. Asimismo, la enfermedad de Crimea-Congo sólo se transmite por la picadura de garrapatas.
Las zoonosis están en rojo en la agenda de la salud pública... Algunas como la tuberculosis o la brucelosis, que hace pocas generaciones afectaban a una parte importante de la población, han reducido su campo de acción y ya no suponen el peligro que representaban. Otras, como la leishmaniosis, si bien aparecen en porcentajes muy bajos en la población humana, están teniendo una incidencia creciente. Y la OMS quiere erradicar la rabia en 2030, siendo la vacunación de los perros una herramienta imprescindible para conseguirlo.
Viendo estos ejemplos, es importante destacar la importancia de la profesión veterinaria en el mantenimiento de la salud pública mundial, y de la importancia de su integración en todo el sistema. En países en desarrollo enfermedades como la malaria son difíciles de controlar y ponen en riesgo la economía local. En países desarrollados, solo hay que ver las consecuencias del COVID-19 para darnos cuenta de la importancia de disponer de un sistema sanitario muy preparado, no solo para el tratamiento de los enfermos, sino para tomar medidas de control y de prevención eficaces y viables.
Demasiado a menudo el papel del veterinario se asocia únicamente a la salud de los animales, pero su tarea va mucho más allá. En las enfermedades de transmisión directa de los animales, el profesional veterinario puede determinar el origen de un brote, hacer la trazabilidad y aplicar medidas para evitar su propagación. Asimismo, el control veterinario es fundamental en el seguimiento sanitario de todo el proceso de obtención de los alimentos (en las industrias alimentarias se inspeccionan y evalúan todos los puntos críticos y se realizan controles de los productos que se obtienen).
Aunque solo se transmite entre humanos y no se puede transmitir por vía alimentaria, el COVID-19 ha evidenciado el importante papel del profesional veterinario: muchas de las medidas sanitarias que se han aplicado en hospitales, residencias y centros sanitarios para evitar la propagación de la enfermedad son las que ya hace años se aplican a las granjas con buenos resultados: separación de zona limpia y zona sucia, diseño de circuitos que eviten el cruces entre ellas, aplicación de medidas de bioseguridad en las instalaciones, etc.
También hay que recordar el papel de los laboratorios veterinarios en el control de enfermedades. En el mundo animal es habitual trabajar con poblaciones muy grandes y los laboratorios están preparados para funcionar con volúmenes de muestras altos y con rapidez. Esta agilidad es fundamental a la hora de seguir la trazabilidad de posibles brotes y actuar con agilidad para evitar su propagación. Además, en los laboratorios veterinarios se trabaja rutinariamente haciendo diagnósticos con la técnica del PCR.
¿Y la importancia que tienen en el mundo de la investigación? En Cataluña hay equipos de investigación que ya hace años que trabajan con coronavirus. Algunos tildaron de ”iluminados” a estos investigadores, ahora, al aparecer el COVID-19, todo el mundo ha corrido a buscarlos. Lo mismo ha pasado con otras muchas líneas, como los equipos que apostaron por investigar la peste porcina africana cuando Europa estaba libre; ahora que ya corre por el norte del continente, estamos a punto de conseguir una vacuna eficaz para esta enfermedad gracias a su esfuerzo.
El control de las enfermedades es, sin duda, uno de los grandes adelantos que ha hecho la humanidad, y nuestro reconocimiento a los profesionales de la medicina humana es total. Pero en un mundo cada vez más globalizado, donde especies animales que antes ni conocíamos actualmente forman parte de nuestros hábitats naturales y urbanos, el control de las enfermedades de origen animal es fundamental.
Creemos que hay que contar con el profesional veterinario, solo así podremos aplicar el concepto “One Heath” que la Unión Europea reclama desde hace años. Una sola salud, una única manera de trabajar, que integre sanidad, medio ambiente y todas las especies animales. “One Health” no es un eslogan, es la única manera eficaz de trabajar en el progreso de la salud mundial. Solo hace falta que todos nos lo creamos. Y la Administración también.