El turismo nacional con mascotas

La vuelta a la “nueva normalidad”, la apertura de fronteras y la llegada del verano ha hecho que las personas vuelvan a querer salir y disfrutar de sus vacaciones. No obstante, las limitaciones que existen entre países, el miedo al contagio y la situación económica son algunos de los factores que han generado un cambio en la forma de viajar de los españoles, al menos, durante este verano.

Así, se prevé que este verano los destinos de vacaciones sean más cerca de casa. Este cambio de preferencia a la hora de viajar y el mayor uso del coche favorece que los animales de compañía, especialmente perros, acompañen a sus dueños durante las vacaciones.

Desde el Colegio de Veterinarios de Sevilla recomiendan acudir al veterinario antes de emprender el viaje para que realice un reconocimiento del animal y así asegurar que no tiene ninguna enfermedad y conocer si hay que tener precauciones a la zona donde se viaja. Además, apuntan desde el Colegio, que si el animal se pone nervioso en los viajes en coche es necesario darle un sedante, para que no lo pase mal en el viaje.

Por otra parte, si finalmente se decide no llevar a la mascota de vacaciones, los veterinarios aconsejan que se busque con tiempo una residencia donde pueda quedarse hasta el regreso. En este caso, sería conveniente acercarse con el animal para que conozca el lugar y a los cuidadores antes de dejarlo durante el período de vacaciones, además de comprobar que cuenta con los servicios necesarios para la atención de la mascota. También, aconsejan acudir al veterinario antes de dejar al animal en la residencia, ya que así pueden ayudar a evitar el contagio de posibles enfermedades.

RECOMENDACIONES

En cuanto a consideraciones importantes que se deben tener en cuenta, no se debe olvidar nunca la documentación de la mascota y la importancia de que tengan chip por si se pierden. Siempre se debe llevar su cartilla de vacunación al día, y en caso de que el viaje fuera al exterior, el pasaporte.

Es importante también incluir un botiquín de primero auxilios con la medicación que pudiera ser necesaria para el animal, siempre con previa consulta al veterinario. Y, por último, elaborar de manera concienciada el equipaje de la mascota. Es importante incluir accesorios de aseo, y elementos de desinfección y desparasitación animal. Asimismo, recomiendan también añadir la propia comida de la mascota para que no haya que cambiarle la alimentación, así como premios para felicitarle por su buen comportamiento en el lugar de destino.

En el caso de los viajes en coche es importante conocer cuáles son las pautas para poder llevar a los animales en el coche, sin que suponga un riesgo para ellos o para los dueños. Desde la DGT recomiendan llevar bien sujetos a los animales para evitar que interfieran en la conducción o puedan causar distracciones. Los sistemas de seguridad son muy importantes para la sujeción del animal, teniendo opciones desde arneses de uno o dos anclajes, transportines en el suelo o maletero, hasta rejillas rígidas para el maletero. Además, en caso de accidente, un perro suelto puede agravar más la situación pudiendo dañar al resto de pasajeros.

Por otra parte, los expertos indican la necesidad de ventilar el coche de vez en cuando bajando las ventanillas o usando el aire acondicionado, pero hay que extremar la precaución para que los perros no saquen la cabeza por la ventanilla.

Del mismo modo, es importante parar a descansar cada dos horas. En este momento es cuando se debe dar de comer y beber a la mascota y darle un pequeño paseo para que orine y se relaje. No se debe olvidar al animal dentro del coche, y aún menos si el coche está en el sol y la temperatura es elevada.

Y, por último, aconsejan darles premios a las mascotas al final del viaje para recompensarles si han tenido un buen comportamiento, además, esto hará que el animal siga manteniendo un buen comportamiento en otros viajes.

Teniendo en cuenta estas recomendaciones, se extrema la precaución con las mascotas tanto en el lugar de destino como en el viaje y se evitan problemas que pueden desencadenar situaciones peligrosas o perjudiciales para ambos, dueño y mascota.