Aunque vivimos un momento favorable en cuanto a los contagios y fallecidos por COVID-19, “hemos de ser cautos, pues los positivos proceden en gran parte de las personas infectadas hace 2 o 3 semanas y los fallecidos incluso de los infectados un mes o mes y medio atrás. Si ahora estuviéramos cometiendo graves errores de prevención, el sistema de vigilancia epidemiológica no los detectaría probablemente hasta dentro de 15 o 20 días”, advierten desde el Sindicato Veterinario Profesional de Asturias (Sivepa).
Los veterinarios explican que, en el momento actual, recién salidos de un duro confinamiento, el virus en circulación o número de casos capaces de infectar deberían ser relativamente escasos. Sin embargo, a medida que pasen las semanas, este virus en circulación podría ir aumentando en base a las personas asintomáticas y a los contagios que tarden en diagnosticarse. “Si el sistema de vigilancia epidemiológica se demora en detectar los casos y sus contactos, o se le escapan demasiados asintomáticos, se puede ver sobrepasado y fracasar”.
Sin embargo, apuntan que existen más alternativas que pueden disminuir de forma considerable la probabilidad de que esto ocurra. “Quizá estas opciones no se han explorado ni desarrollado lo suficiente debido al desequilibrio del Sistema Sanitario hacia lo asistencial y hospitalario a costa de una Salud Pública debilitada y en ocasiones casi inexistente”.
En este sentido, apuntan que las medidas tomadas en la gripe española de 1918 han sido, en esencia, las mismas que contra la COVID-19, suspensión de aglomeraciones, confinamiento, mascarilla, etc. “Aunque estas medidas sean básicas y hubiera que tomarlas en un momento crítico ¿no esperaríamos que en más de 100 años se hubieran desarrollado otras estrategias más elaboradas en salud pública que ayudaran a evitar medidas drásticas como un posible segundo confinamiento?”, se preguntan.
“LOS VETERINARIOS LAS LLEVAMOS APLICANDO DÉCADAS”
Sivepa matiza que en realidad algunas de estas medidas sí se han elaborado “y los veterinarios las llevamos desarrollando y aplicando décadas. Las medidas de bioseguridad en granjas de producción o las medidas de análisis de peligros y puntos de control críticos (APPCC) en seguridad alimentaria son estrategias utilizadas por el sector veterinario con éxito. Con ellas se combaten peligros biológicos en situaciones con muchas variables difíciles de controlar y que pueden poner en riesgo la salud colectiva. Desde Sivepa proponemos que se utilice esta experiencia y estrategia para evitar llegar a un punto en el que quizá no nos quede más remedio que matar moscas a cañonazos con un segundo confinamiento”.
Este sindicato lanzará la propuesta de crear grupos de profesionales que analicen y evalúen a nivel de calle, qué comportamientos conllevan mayor riesgo de contagio y en qué medida se están produciendo (identificación del peligro y la probabilidad de que ocurra) en todos los sectores y actividades, profesionales y ciudadanos. “A día de hoy sólo hay valoraciones subjetivas o parciales de lo que se hace mal o no en prevención ciudadana en el día a día. Este primer paso permitiría identificar y cuantificar, con criterio médico, los fallos reales en prevención y no quedarse en las valoraciones subjetivas. Es decir, localizar profesionalmente los riesgos concretos (la probabilidad de que un peligro ocurra). Identificados y analizados los riesgos, se establecerían sistemas precisos de control y corrección de los mismos y se comunicarían al sistema de vigilancia epidemiológica, para que ellos orientaran sus investigaciones hacia esos puntos débiles y esto les ayudaría a encontrar los nuevos positivos ocultos”.
Así, piden la utilización de las medidas de APPCC “que podemos aplicar a la detección de debilidades concretas en la prevención general de COVID-19 y tenemos un personal con formación médica integral acostumbrado a utilizarla que son los veterinarios. Además, muchas de las actividades de las que mayor riesgo de contagio se sospecha ‘a priori’ ya son controladas habitualmente por la Veterinaria de Salud Pública, como es el caso de la hostelería, los supermercados, mataderos, etc. Lo lógico sería aprovechar todas estas herramientas y la experiencia y formación de este personal lo antes posible para adelantarnos a posibles situaciones adversas. Hay que considerar que en cuestión de pandemias un día es importante, una semana es crucial y un mes de retraso puede hacer que algo sea incontrolable”.
“Si combinamos este sistema de análisis profesional de peligros y reducción de los riesgos con una mayor protección de la población más vulnerable en caso de rebrote, quizá podamos evitar muchos enfermos, muchos muertos y un segundo confinamiento”, concluyen.