El pasado jueves se conocía la triste noticia de la muerte de un veterinario en una explotación ganadera en As Nogais (Lugo) cuando realizaba sus labores de saneamiento ganadero. El veterinario recibió un golpe en la cabeza ocasionado por el cuerno de una vaca y falleció sin que los servicios sanitarios pudieran hacer nada por su vida.
“Los sanitarios realizamos una labor fundamental y además de riesgo como lo demuestra este lamentable incidente pero somos esenciales. Estamos en la primera barrera de freno frente a las zoonosis y seguiremos desempeñando nuestra labor en pro de la sanidad y bienestar animal y la salud pública, incluso a riesgo de nuestra vida en labores de erradicación de enfermedades como ha sido este caso”, se lamentaron desde el Colegio de Veterinarios de Lugo.
Si bien, diferentes sindicatos achacan la muerte a las condiciones de seguridad en las que tienen que trabajar los profesionales veterinarios. “Las condiciones de seguridad en las que el personal veterinario lleva a cabo las campañas de saneamiento del ganado, que el Ministerio del Medio Rural ha confiado año tras año a la empresa pública Tragsa, son absolutamente deficientes”, asegura la Confederación Intersindical Galega (CIG).
El CIG culpa a la Administración gallega y a la compañía de la muerte, asimismo informan que están recopilando toda la información para presentar una queja ante la Inspección de Trabajo “porque este accidente laboral fatal es responsable y deben rendir cuentas por sus acciones y por omitir sus responsabilidades”.
“Los días de maratón, los lotes semanales de cantidades de ganado que se desinfectarán, imposibles de llevar a cabo en condiciones seguras, sin siquiera tener mangas para sostener a los animales, y la obligación de tener que hacer el trabajo una sola persona, son algunas de las condiciones en las que el personal veterinario tiene que desarrollar su trabajo”, denuncian.
EQUIPOS DE TRABAJO PASARON DE 2 A 1 PERSONAS
Al respecto, Gerardo Alvaredo, ejecutivo de la Administración del CIG, recuerda que años atrás el saneamiento del ganado era realizado por dos personas, “pero los líderes políticos de la Xunta de Galicia, en connivencia con los gerentes de la empresa pública Tragsa y su filial Tragsatec, -que también son nombrados por los líderes políticos de la Administración como una empresa pública-, decidieron que ahorrarían costos a expensas de la seguridad de los trabajadores, o incluso de sus vidas como en esta ocasión, y obligaron al personal a desempeñarse en solitario el trabajo que antes se hacía en equipos de dos personas”.
Asimismo, una delega de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) que trabajó con el veterinario fallecido explica que “nos obligan a sanear una vaca cada tres minutos y, para mayor rentabilidad, nos mandan solos en vez de ir con un equipo de trabajo en el que el compañero es como tu salvavidas: tú le proteges a él y él te protege a ti”. Además, afirma que “si hubiese ido acompañado es más difícil que hubiera pasado porque no tienes que hacer todo el trabajo tú solo”.
En este sentido, CSIF ha anunciado que también presentará una denuncia ante Inspección de Trabajo para que prohíba que los veterinarios vayan solos en la campaña de saneamiento.
El sindicato espera que la muerte de este compañero “signifique un antes y un después en Tragsatec, donde sólo se busca la rentabilidad en una empresa pública que pertenece al Grupo Tragsa que el año pasado dio 11 millones de euros en beneficios”.
“El compañero fallecido escribió la noche antes un Whatsapp en un grupo en el que compartimos en el que dijo que trabajando en estas condiciones, sin EPIS adecuados, algún día iba a pasar una desgracia y le ha ido a ocurrir a él”, lamenta la delegada de CSIF.
Por otra parte, también exigen remediar el altísimo porcentaje de temporalidad que existe en la empresa pública. “Hay veterinarios que llevan trabajando desde 2002 y que aún son eventuales a los que se les carga con más trabajo que a los indefinidos. Sin ir más lejos, el compañero fallecido, de 43 años, era eventual y se le enviaba solo a sanear vacas en una jornada de 8,45 horas diarias”.