Reducir el uso de antibióticos para frenar la aparición de resistencias que dificultan el tratamiento eficaz de las infecciones bacterianas es uno de los principales retos sanitarios a nivel global, tanto en la medicina humana como en la veterinaria. Un equipo de investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, liderado por el profesor Ángel Gómez Martín, ha testado por primera vez el empleo de probióticos en ovejas para prevenir infecciones urogenitales, como las vaginitis.
Los resultados, publicados en un número especial de la revista científica internacional Animals, han mostrado efectos positivos de esta estrategia alternativa a los antibióticos, disminuyendo los porcentajes de neutrófilos asociados al uso de esponjas vaginales, que pueden causar infección e inflamación, y sin afectar al estado de salud general de los animales, ni a su fertilidad.
En el ámbito de la ganadería ovina, las infecciones genitales en las ovejas repercuten en su capacidad reproductiva, afectando a la sostenibilidad del sector y a los esquemas de selección genética de razas selectas. El tratamiento de este tipo de infecciones es cada vez más complejo, por el aumento de las resistencias bacterianas a los antibióticos conocidos, la escasez de desarrollo de nuevos antibióticos y la reducción en el número de antibióticos que ahora se permiten para uso ganadero.
Según explica Ángel Gómez, “en el tratamiento y la prevención de infecciones urogenitales en humanos se utilizan distintas especies de la bacteria Lactobacillus spp. como probióticos, pero ningún estudio hasta ahora había analizado su potencial frente a alteraciones a nivel genital en el ganado ovino. La experiencia piloto desarrollada es el primer estudio a nivel internacional en este ámbito y acaba de ser publicado en el especial «Advanced Technology in Animals Reproduction» de la revista Animals”.
MICROBIOTA BACTERIANA Y PROBIÓTICOS
Los dispositivos intravaginales en las ovejas se utilizan para sincronizar celos y partos. Uno de los dispositivos más utilizados en el sector son las esponjas impregnadas en progestágenos sintéticos. Estas esponjas pueden causar alteraciones en la microbiota vaginal de estos animales, lo que favorece la aparición de patógenos oportunistas que pueden causar infecciones. En este sentido, “este trabajo ha evidenciado además que el empleo de esponjas vaginales en corderas produce una inestabilidad de la microbiota vaginal que favorece la aparición de vaginitis ocasionadas por enterobacterias y que la presencia de estas bacterias está relacionada de forma estadísticamente significativa con una pérdida en la biodiversidad bacteriana vaginal. En resumen, hay un problema infeccioso de considerables repercusiones reproductivas que ha de ser abordado”, destaca Gómez.
Como en otras afecciones animales, en ocasiones se requiere el uso de antibióticos para reducir los posibles efectos negativos de estas vaginitis. En algunos casos, estos antibióticos resultan eficaces para tratar la infección por el aumento de las resistencias bacterianas frente a ellos. El uso de probióticos -que son, según la OMS, microorganismos vivos que, cuando son administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud del huésped- es una alternativa ante la menor eficacia de ciertos antibióticos en el tratamiento de algunas infecciones. El uso de estos microorganismos, se evidencia pues como una estrategia que pretende reducir el empleo de antimicrobianos.
TRES ESPECIES DE LACTOBACILLUS
En el primer ensayo clínico de estas características, el equipo de investigadores de la CEU UCH ha analizado el efecto de la infusión de tres especies de la bacteria Lactobacillus en las esponjas intravaginales que se emplean para mejorar la sincronización de celos de las ovejas, que pueden ser causa de vaginitis en estos animales. Su análisis ha determinado los efectos de esta estrategia en la microbiota vaginal de las ovejas, evaluando también su estado de salud general, la reducción de las infecciones y la fertilidad.
“La infusión en las esponjas intravaginales de tres especies de la bacteria Lactobacillus (60% de L. crispatus, 20% de L. brevis y 20% L. gasseri) ha demostrado ser segura en este primer ensayo, puesto que no ha afectado ni al estado de salud ni a la fertilidad de las ovejas a las que se ha tratado con esta estrategia probiótica para prevenir la vaginitis”, destaca el investigador principal del estudio. “Otro de los resultados más interesantes de este estudio es el desarrollo de un sistema novedoso para inocular un probiótico no liofilizado antes de la colocación de la esponja, adaptándose a un momento en el que el ganadero ha de manipular a los animales, por lo que se evita manipular más veces al animal, y empleando, además, un sistema de inóculo con mayores garantías en cuanto a su viabilidad”.
GRUPO DE INVESTIGACIÓN
El equipo investigador ha estado íntegramente compuesto por profesores de la Facultad de Veterinaria de la CEU UCH de Valencia, que forman parte el Grupo de Investigación Agentes Microbiológicos asociados a la Reproducción (ProVaginBio): Ángel Gómez Martín, Juan José Quereda, Empar García Roselló, Marta Barba, María L. Mocé, Jesús Gomis, Estrella Jiménez Trigos, Esther Bataller, Rebeca Martínez Boví, Ángel García Muñoz y Ángel Gómez Martín. Además, el estudio se ha realizado en el marco del Proyecto de Investigación+Docencia (IDOC) de la UCH-CEU titulado «Evaluación del empleo de probióticos comerciales vaginales en ganado ovino», en el que han participado también estudiantes de Veterinaria de la CEU UCH.
Los autores del estudio de la Facultad de Veterinaria de la CEU, integrantes de ProVaginBio.