Al menos 2 mil millones de personas en todo el mundo tienen problemas de visión, pero ¿cómo saber si su mascota está luchando con su propia vista y cuándo?
Wendy Townsend, profesora de oftalmología de la Universidad de Purdue, ha centrado su carrera e investigación en medicina veterinaria para diagnosticar y tratar afecciones oculares en animales.
"La pregunta más común que recibo es si le ponemos gafas a los animales", apunta Townsend. "Si bien eso no es lo que hacemos, nuestro objetivo es ayudar a los animales a ver mejor y mejorar su calidad de vida si tienen problemas", explica.
Aunque sus pacientes abarcan una variedad de especies diferentes, su investigación se centra en una raza de perro en particular, los golden retrievers.
La uveítis pigmentaria del golden retriever es una enfermedad que se encuentra casi exclusivamente en estos perros de pura raza. Es una forma heredada de uveítis, que se define como la inflamación del tracto uveal. El tracto uveal incluye el iris o la parte coloreada del ojo. Y aunque la enfermedad se hereda, el inicio y el diagnóstico generalmente ocurren cuando los perros son mayores.
La enfermedad a menudo puede provocar ceguera debido a cataratas y glaucoma, y no existen métodos actuales para prevenirla o revertirla. Los síntomas leves, como enrojecimiento y drenaje, generalmente no aparecen hasta que el perro tiene alrededor de ocho años y pueden progresar a una etapa avanzada antes de que los perros vean a un veterinario, asegura la experta. La enfermedad afecta a aproximadamente el 10% de los golden retrievers adultos.
Townsend lidera un estudio que intenta identificar el gen que causa la enfermedad. Si se puede identificar el gen, la enfermedad se puede detectar antes, y los criadores podrán identificar cuáles de sus perros podrían ser portadores y cómo pueden evitar que la enfermedad se transmita a las generaciones futuras.
"El problema que enfrentan los criadores en este momento es que, incluso si son responsables y toman buenas decisiones, no saben si su perro está afectado", afirma la veterinaria. "Pueden demorar varias generaciones en su pedigrí antes de saber que hay un problema".
LA IMPORTANCIA DE EXAMINAR LA SALUD OCULAR
Y aunque la enfermedad se presenta principalmente en golden retriever de pura raza, "puede aparecer en algunos cruces de golden retriever, especialmente en cruces de labrador y golden retriever".
"Eso se convierte en una preocupación porque el labrador y sus cruces se emplean con frecuencia como perros guía", advierte Townsend. "Y debido a que la enfermedad no muestra síntomas hasta que estos perros son adultos, podrían estar luchando con su propia visión y quizás ni siquiera lo sepas", agrega.
Por ello, la veterinaria pide que los perros sean examinados cuanto antes. Como oftalmóloga veterinaria, afirma que no es raro que vea perros de todo EEUU afectados por la uveítis pigmentaria del golden retriever. Además de esos pacientes, comúnmente ve animales con úlceras corneales (o rasguños en el ojo), cataratas y glaucoma. Sus pacientes incluyen principalmente perros, caballos y gatos, pero también ha tratado pingüinos, tigres y otras especies exóticas.
"A veces los animales luchan con los mismos problemas oculares que las personas. Simplemente no son tan buenos para decirnos cuando algo está mal", señala Townsend.
Así, alienta a que los dueños de mascotas conozcan la salud ocular de sus animales, "el hecho de que algo no sea evidentemente obvio no significa que sus ojos siempre estén en perfecto estado de salud".
"Los animales son buenos para compensar cuando algo no está funcionando bien. Entonces, si un ojo les molesta, simplemente dependerán más del otro ojo", explica. "Y la mayoría de nuestras mascotas no necesitan tener una visión súper nítida para llevar una vida cotidiana normal. Pero en algunos casos, como con los perros que participan en la agilidad, es importante poder concentrarse tanto de cerca como de lejos".