La crisis sanitaria del coronavirus COVID-19 ha afectado a los centros veterinarios en meses claves para sus negocios. “Los meses de abril, mayo y junio son históricamente fechas de una buena facturación porque empieza el calor y, con ello, se venden antiparasitarios externos, además de campañas de vacunación de rabia que suelen ser en mayo. En un mes de abril, mayo o junio se puede facturar un 8,5 - 10%, cada uno de ellos, de los ingresos del año”, explica el experto José Luis Villaluenga de Rentabilidad Veterinaria en declaraciones a Diario Veterinario.
Con el objetivo de conocer cuál está siendo el alcance real de esta crisis, Villaluenga ha llevado a cabo una encuesta, online y de forma anónima, que ha abarcado a 50 centros veterinarios de toda España. El 72% de los que han respondido son clínicas veterinarias y el 18% han sido hospitales veterinarios, el resto son consultorios y centros de referencia.
El objetivo de la encuesta es ver cómo ha afectado a los ingresos la situación de la crisis sanitaria originada por el coronavirus COVID-19 a los centros veterinarios durante el primer trimestre de 2020 en comparación con el mismo trimestre del pasado año.
El 56% de las clínicas veterinarias han disminuido ingresos, un 14% han incrementado, y un 28% que se mantienen igual. El restante 2% lo desconoce. Estos centros que han visto incrementado sus ingresos corresponde a los 18 hospitales veterinarios que han respondido la encuesta, ya que muchos centros han tenido que cerrar, reducir horarios, etc., y, como consecuencia, los hospitales han visto un incremento de clientes.
De ese 56% de centros veterinarios, un 34% de los encuestados han reducido sus ingresos entre un 1-20%, un 10% de centros entre el 21-40%, y un 12% más del 40.
Esta bajada de ingresos viene provocada por una drástica reducción de la jornada de trabajo, un 72% de los centros veterinarios ha reducido su horario y, aproximadamente, un 50% ha reducido la jornada de trabajo a la mitad de lo habitual. Como consecuencia, también se han visto reducido los servicios veterinarios como la medicina preventiva, desparasitación, etc., “creo que es un error porque hay que seguir desparasitando a los animales. Pulgas y garrapatas pueden seguir transmitiendo alguna zoonosis a algún miembro de la familia”.
Ante esta situación, muchos propietarios se han visto obligados a realizar un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) entre sus empleados, concretamente un 38% de los encuestados.
Villaluenga explica que este número seguramente se verá incrementado con el paso del tiempo. “Las personas que han contestado esta encuesta solo se han enfrentado al pago de las nóminas de marzo, en el cual han tenido alrededor de 13 días de rendimiento al 100% y el resto de días en un 40%. Si bien, ahora en abril han disminuido muchísimo los ingresos”, señala.
MEDIDAS ADOPTADAS PARA DISMINUIR GASTOS
Las respuestas más habituales de los veterinarios han sido renegociar el alquiler, agrupar suministros en un mismo proveedor, posponer pagos, ERTE, bajas por aislamiento preventivo, reducción de jornada, o reducir pedidos y compras, entre otras.
Es destacable que un 94% de los encuestados asegura no haber realizado ningún despido.
Para superar esta situación, los veterinarios aún desconocen qué medidas van a adoptar. La mayoría se quiere centrar en recuperar a su clientela e ir fomentando poco a poco las campañas que se han perdido de desparasitación y vacunación, y poner en marcha campañas preventivas de salud. No obstante, el 90% está dispuesto a aceptar ayuda externa para conseguir recuperar e incrementar los números anteriores a la crisis.
Por último, el experto da esperanzas al sector y cree que “a final de año es posible que las clínicas, les va a costar, pero puede que recuperen al menos lo que han perdido y repitan la facturación del año anterior; incrementarla será difícil”.
VÍDEO EXPLICATIVO SOBRE LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA