Diagnosticar o descartar una alergia alimentaria sigue siendo una ardua y complicada tarea tanto para los veterinarios como para los dueños de las mascotas, ya que los animales pueden sufrir diferentes tipos reacciones adversas a los alimentos (AFR, en sus siglas en inglés), aunque sea poco probable, y se necesita conocer el origen y la causa para llegar al tratamiento más adecuado.
Ese control de alimentos que puedan causar alergia en los animales se puede realizar a través de diversas maneras, la más común, pero a la vez a la vez la más compleja y tardía, es el ejecutar una prueba de eliminación alimentaria, un método que, como así asegura la Dr. Cailin Heinze, veterinaria y directora del Instituto Académico Mark Morris, “los dueños de mascotas intentan evitar y por eso recurren a ciertas pruebas de sangre y saliva”.
“Pero en mayor medida esas pruebas no han sido verificadas ni han sido validadas, ya que no se ha podido demostrar que los resultados obtenidos correspondan con los cambios clínicos reales de las mascotas, es decir que nunca se ha confirmado que una prueba positiva equivalga a una alergia o que una prueba negativa signifique que el alimento es correcto para el animal”, comenta Heinze.
Las pruebas de alergia mediante análisis sanguíneo siguen sin ser fiables al 100%, y así lo demuestran recientes estudios realizados a perros. En el primer estudio realizado en Europa, los resultados obtenidos en líneas generales demuestran que el número de perros con reacciones positivas en las pruebas no diferenciaba entre los perros sanos y los alérgicos a los alimentos. Mientras que en el segundo estudio realizado en los Estados Unidos, treinta perros fueron analizados con la misma prueba de saliva que en el estudio europeo y con dos análisis de sangre. Entre el 60 y el 100% de los perros, que no tenían ninguna evidencia de alergia alimenticia, dieron positivo en uno o más alimentos en cada ensayo.
Por ello, Heinze advierte que el uso de pruebas de análisis de sangre y de saliva que se utilizan habitualmente para analizar si las mascotas poseen algún tipo de alergia alimentaria “podría resultar en la identificación falsa de muchos alimentos comunes como alérgenos”.
La experta insiste en que “las pruebas de saliva y los análisis de sangre para alergias alimentarias en perros no distinguen de manera confiable entre perros sanos y alérgicos y no deben usarse para el diagnóstico de alergia alimentaria”. Por tanto, Heinze señala que la mejor opción para el diagnóstico de una alegría alimentaria en una mascota, aunque realizarlo sea complejo y difícil, es “la eliminación de la dieta de aquel alimento que pueda casuar ese síntoma”.