Fesvet (Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios) ha enviado un escrito al Ministro de Sanidad mostrando toda la predisposición posible para colaborar con el Sistema Nacional de Salud, “al que pertenecemos, aunque no se nos reconozca”.
En este sentido, la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios destaca la “labor sanitaria imprescindible” que desempeña la profesión veterinaria en la protección de la salud de las personas respecto a peligros procedentes de la vida animal, de sus producciones como los alimentos, tanto en origen y en destino, y del medio ambiente.
España cuenta en estos momentos con alrededor de 30.000 veterinarios que ejercen su labor sanitaria en innumerables actividades, de los cuales aproximadamente 6.000 lo hacen como empleados públicos, en su gran mayoría prestando sus servicios a pie de calle en cada una de las comunidades autónomas.
Si bien, Fesvet explica que, “contra toda lógica y sentido común”, los veterinarios de salud pública oficiales adscritos a departamentos administrativos diferentes a su Servicio Regional de Salud, no pueden intervenir de manera proactiva en afrontar el reto de minimizar los contagios por el Coronavirus, “al encontrarse muchos de ellos bajo servicios mínimos, cuando lo que se requiere en estos casos sería una movilización y reorganización extraordinaria de este valiosísimo recurso humano sanitario”.
Así, argumentan que este hecho tiene una especial relevancia por ejemplo en el caso de los comercios minoristas de alimentación, “que son un ‘punto caliente’ por la posibilidad de convertirse en focos de amplificación del contagio del Coronavirus, y entre los que se encuentran, entre otros, los supermercados; o también en las residencias de mayores, que son ‘puntos sensibles’ por la especial susceptibilidad de sus usuarios y la naturaleza de las tareas que realizan. En todos ellos deberían tomarse medidas extraordinarias de control y asesoramiento por parte de los veterinarios de salud pública que son precisamente la autoridad sanitaria de cercanía y que conoce a pie de campo las debilidades que puede mostrar. Y sin embargo, como estamos denunciando, en muchas comunidades autónomas, aunque afortunadamente no en todas, los veterinarios oficiales están impedidos para intervenir en estos momentos”, afirman.
Fesvet considera una grave irresponsabilidad de los poderes públicos que se mantenga esta situación por las graves consecuencias que ello puede acarrear para la toda la población, y solicita al Ministerio de Sanidad que “se tomen todas las medidas a su alcance para que todos los Servicios Veterinarios Oficiales en todas y cada una de las comunidades autónomas, y la ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, puedan desarrollar de manera integral las competencias que les corresponden en materia de protección de la salud de las personas bajo la dependencia de los Servicios Regionales de Salud, apoyando la protocolización de sus actuaciones y dotación de los medios materiales necesarios (incluidos los EPIs) que les permita llevar a cabo sus actuaciones con la máxima diligencia sin que peligre su propia salud y la de terceros”.
SE OFRECEN A IMPLEMENTAR LAS PROPUESTAS
Por otra parte, la organización sindical se pone a la disposición de las autoridades para definir e implementar las propuestas expuestas, llevar a cabo las intervenciones imprescindibles del sistema de Alerta Alimentaria que sean urgentes, comprobar las condiciones de higiene general y personal en los comedores de alto riesgo (Residencias de mayores, etc.), verificar el cumplimiento de las nuevas pautas de limpieza establecidas en centros de transporte, en sus infraestructuras y en los vehículos de transporte público, y colaborar como profesión sanitaria en todas aquellas actuaciones que sean necesarias para para cooperar, apoyar y complementar las actuaciones del resto de profesionales de la salud pública y asistencial (Médicos, Enfermeros, Farmacéuticos, etc.), “que sabemos que en estos momentos se encuentran sobresaturados de trabajo y con casi total seguridad lo estarán más en las próximas fechas”, concluyen.