La FEI (Federación Ecuestre Internacional) insta a la comunidad ecuestre internacional a estar atenta a los signos clínicos del virus del herpes equino-1 (EHV-1) entre los caballos de competición.
El EHV-1 puede provocar signos clínicos de enfermedad respiratoria, enfermedad neurológica y aborto en yeguas preñadas. La forma neurológica de la enfermedad se considera una amenaza significativa para la salud equina y los eventos equinos.
Desde el 1 de enero de 2019, se han notificado más de 70 casos de EHV-1 neurológico en 10 países. Los caballos en Bélgica, Canadá, República Checa, Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega, Suecia, Suiza y Estados Unidos de América se han visto afectados.
A principios de enero, cuatro caballos murieron durante un brote de EHV-1 neurológico en el Centro Ecuestre Crofton Manor en Hampshire (Reino Unido), un lugar de competición que alberga eventos nacionales. Antes de este brote, se confirmaron casos de EHV-1 neurológico en eventos FEI en Noruega durante marzo de 2019 y en la República Checa en noviembre de 2019. Posteriormente, el Departamento Veterinario de FEI localizó a las personas responsables de los caballos que pudieron haber estado en contacto cercano con ellos para solicitar la implementación de procedimientos de aislamiento y monitoreo.
Ante estos hechos, la FEI alerta a sus atletas y sus equipos sobre los riesgos asociados con este virus y los alientas a estar atentos.
Herpes equino.
“Se han realizado cambios a las Regulaciones Veterinarias FEI 2020 donde los caballos que muestran signos clínicos o han estado en contacto con los caballos afectados no podrán acceder a los eventos FEI. No se pueden ingresar en futuros eventos de FEI hasta que hayan cumplido los requisitos de salud según lo determine el Departamento de Veterinaria de FEI”, afirman.
Asimismo, añaden que “en el caso de que un caballo desarrolle signos clínicos del virus, el caballo debe colocarse de forma aislada, implementarse medidas estrictas de bioseguridad y tomarse muestras para pruebas de diagnóstico. Los caballos en contacto deben identificarse, colocarse bajo estrictas medidas de bioseguridad y monitorearse cuidadosamente”.