Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá), publicado en Nature, ha analizado las expresiones faciales de los gatos para desarrollar y validar la escala de mueca felina, ya anunciada el pasado septiembre, para detectar el dolor de estos animales.
Según los expertos, el manejo del dolor se pasa por alto con frecuencia en los gatos y se les recetan menos analgésicos en comparación con los perros. “Esto se debe a los desafíos en el reconocimiento y evaluación del dolor felino, la falta de capacitación específica en el tema y la disponibilidad limitada de herramientas de calificación de evaluación del dolor en esta especie”, apuntan.
Las escalas de muecas son métodos simplificados para evaluar las expresiones faciales específicamente relacionadas con el dolor y se han utilizado en diversas especies como caballos, lechones o conejos. Concretamente, este estudio tuvo como objetivo desarrollar y validar la Escala de Mueca Felina (FGS, por sus siglas en inglés) para detectar el dolor agudo natural.
Para la realización del estudio se ha desarrollado un esquema de codificación específico para felinos (CatFACS) mediante el estudio de la musculatura facial del gato doméstico que consta en cuantificar los cambios faciales centrados en las distancias lineales entre puntos de referencia específicos, es decir, distancias entre las orejas y el hocico, lo que permitió la distinción entre animales dolorosos y sin dolor.
En el estudio se utilizaron 31 gatos dolorosos y 20 de control de varias razas que fueron grabados en video sin ser molestados en sus jaulas en un estudio prospectivo de casos y controles. No se incluyeron razas braquicefálicas. Los gatos dolorosos recibieron tratamiento analgésico y los videos se repitieron una hora después.
Los investigadores indican que, ‟junto con la evaluación de los cambios de comportamiento, las expresiones faciales tienen el potencial de indicar experiencias emocionales en animales y proporcionar información valiosa sobre los estados internos”.
Además, indican que ‟las escalas de muecas son simples y fácilmente aplicables en un contexto clínico, y el desarrollo de una nueva herramienta podría mejorar el manejo del dolor felinoʺ.
Grabación de los gatos durante el estudio.
RESULTADOS
Los resultados del estudio indicaron, entre otros aspectos, que la altura de los ojos fue de aproximadamente el 80% de su ancho en los gatos de control y aproximadamente el 50% en los dolorosos (cuando los ojos están parcialmente cerrados o entrecerrados). Asimismo, la altura del hocico disminuyó de casi 70% de su ancho a 50% en presencia de dolor. El ángulo del oído medial aumenta y el lateral disminuye a medida que las orejas se aplanan en los gatos doloridos. Las distancias entre dos pares de puntos de referencia en las orejas y el hocico de los gatos se informaron previamente como significativamente diferentes entre los gatos dolorosos y sin dolor.
En conclusión, los investigadores apuntan que ‟el FGS demostró una alta capacidad discriminativa, una correlación muy alta con otro instrumento validado para la evaluación del dolor en gatos, buena confiabilidad general entre evaluadores, excelente confiabilidad intra-evaluador y excelente consistencia interna. Además, el FGS detectó la respuesta al tratamiento analgésico y se determinó un puntaje de corte, lo que lo convierte en una herramienta práctica potencial tanto en investigación como en entornos clínicos. El FGS es una herramienta válida y confiable para la evaluación del dolor agudo en gatosʺ.