El 3 de agosto de 2017, se emitió una alerta de brote de fiebre Q en una empresa de mensajería del País Vasco que, además del transporte de carga urgente, también disponía de autorización para el transporte de mascotas. La investigación epidemiológica fijó el período de exposición entre el 1 de junio y el 8 de agosto. En este período, 180 trabajadores de dos plataformas operativas para la distribución de paquetes ubicados en dos provincias del País Vasco (Bizkaia y Araba) estuvieron expuestos.
La investigación se centró en el seguimiento clínico y laboratorial de 64 trabajadores que aceptaron a participar en el estudio. Los participantes rellenaron un cuestionario y participaron en la toma de muestras de sangre para pruebas serológicas.
En total hubo 10 casos confirmados de fiebre Q (15,6%) y seis probables (9,4%), siendo por lo tanto la tasa de ataque del 25% (16/64). Nueve de los trabajadores (8 casos confirmados y 1 probable) mostraron síntomas de fiebre Q, principalmente neumonía (cinco casos). Se tomaron muestras ambientales (polvo de diferentes superficies) en las plataformas para investigar la presencia de ADN de Coxiella burnetii. Todas las muestras de polvo fueron positivas en la PCR a tiempo real, correspondiendo los valores de Ct más bajos (mayor carga bacteriana) en el polvo recogido en las instalaciones de retención de mascotas, confirmando así que el origen del brote procedía de los animales transportados recientemente y que habían pasado unas horas en dicho sitio de retención.
El genotipo identificado en el polvo fue SNP1/MST13, uno de los genotipos previamente encontrados en cabras y ovejas en el País Vasco. Durante el período de exposición (el mes previo al comienzo del brote), se hicieron dos entregas de cabras enanas, de las cuales sólo una pudo ser investigada y fue negativa.
Aunque la fuente origen del brote no pudo ser identificada, el transporte de rumiantes fue suprimido en la empresa, y la fiebre Q se incluyó entre los riesgos de salud asociados al trabajo.
Este estudio pone de relevancia la importancia de investigar el estatus sanitario de los animales transportados para evitar riesgos asociados a las zoonosis.
El artículo se ha publicado en la revista Plos One.