La tiamina es una vitamina soluble en agua (vitamina B1) que juega un papel crucial en el metabolismo de los carbohidratos. Los perros y los gatos no pueden sintetizar endógenamente la tiamina, por lo que debe obtenerse de la dieta.
Mark Troxel, neurólogo veterinario del Hospital de Veterinaria de Massachusetts, explica que la deficiencia de tiamina puede ocurrir en pacientes alimentados con una dieta no comercial con suplementos inadecuados de tiamina; pacientes alimentados con carne y vísceras de pescado crudo o mariscos que contienen tiaminasas que descomponen la tiamina; pacientes alimentados con alimentos demasiado calientes; y pacientes alimentados con alimentos conservados con dióxido de azufre o sulfito.
“A pesar de que esto se conoce desde hace algún tiempo, los perros y los gatos aún corren el riesgo de deficiencia de tiamina debido a una suplementación inadecuada por errores ocasionales de fabricación o almacenamiento”, señala Troxel.
El neurólogo veterinario hace referencia a un informe reciente que describió 17 gatos con deficiencia de tiamina que fueron alimentados con la misma comida seca comercial para gatos. “La tiamina se destruye fácilmente por las altas temperaturas, el agua clorada y un estado neutral o alcalino. Como resultado, los fabricantes de alimentos para mascotas deben agregar niveles muy altos de tiamina a los alimentos para compensar la pérdida durante la fabricación. Además, el contenido de tiamina disminuye con el almacenamiento a largo plazo, probablemente debido a una combinación de calor y humedad”, indica.
La deficiencia de tiamina puede ocurrir en perros y gatos de todas las edades y razas.
En general, los signos neurológicos que los gatos muestran con mayor frecuencia son disfunción vestibular central o flexión cervical, mientras que los perros muestran signos clínicos más comúnmente referidos al lóbulo frontal. Los signos clínicos en los gatos generalmente incluyen signos inespecíficos de inapetencia, pérdida de peso, vómitos y diarrea y signos neurológicos de debilidad generalizada, flexión cervical, disfunción vestibular central y pupilas dilatadas. Los signos clínicos en perros incluyen signos no específicos de depresión, inapetencia, pérdida de peso, vómitos, embotamiento mental, debilidad y convulsiones. En ambas especies, la deficiencia grave de tiamina no tratada puede conducir al coma y la muerte.
DIAGNÓSTICO
El experto explica que la deficiencia de tiamina debe sospecharse en pacientes con signos clínicos compatibles y cambios en la dieta como los mencionados anteriormente. Las pruebas de laboratorio de rutina (CBC, perfil bioquímico, análisis de orina) suelen ser normales. La resonancia magnética puede mostrar lesiones hiperintensas potenciadas en T2 bilateralmente simétricas en el tálamo, colículos caudales en el mesencéfalo y núcleos vestibulares en la médula. El LCR suele ser normal.
TRATAMIENTO
Generalmente, la terapia se centra en reemplazar la tiamina alimentando con una dieta de alta calidad conocida por ser rica en tiamina. Hay datos limitados sobre las dosis recomendadas, pero la mayoría de las fuentes recomiendan inyecciones intramusculares diarias de tiamina (vitamina B1; 25-50 mg) hasta la resolución de los signos clínicos.
El pronóstico para la deficiencia de tiamina es bueno a excelente si se diagnostica y se trata a tiempo.