Investigadores de la Universidad Ben-Gurion de Israel, el profesor Amir Sagi, miembro del Instituto Nacional de Biotecnología, y su estudiante de doctorado Tom Levy, aseguran que podrían haber desarrollado una gamba monosexual que puede cumplir con el triple objetivo de aliviar la pobreza, la protección del medio ambiente y la reducción de una enfermedad.
En un estudio publicado en Scientific Reports, el grupo de investigación describe el desarrollo del Macrobrachium rosenbergii con dos cromosomas sexuales femeninos, pero que carecen del cromosoma sexual masculino, una "súper gamba" que solo produce descendencia femenina. El surgimiento de una población exclusivamente femenina podría aumentar el rendimiento de la acuicultura y servir como agente natural para prevenir la propagación de sustancias nocivas, parásitos ligados al agua.
“Pudimos lograr la población monosexual sin el uso de hormonas o modificaciones genéticas y así abordar las consideraciones agrícolas, lo que favorece las poblaciones monosexuales y las preocupaciones ecológicas. Las gambas sirven como agentes de biocontrol eficientes contra los caracoles que transportan parásitos y, dado que ahora podemos usar gambas monosexuales, que no se reproducen, reduce el riesgo de que las gambas se conviertan en una especie invasora", explica Levy.
La publicación llega después de un estudio publicado en julio donde se muestra que las especies de gambas de agua dulce sirven como un agente de control biológico al aprovecharse de las especies de caracoles acuáticos que son huéspedes intermediarios del parásito que causa la esquistosomiasis en el África subsahariana.
En este estudio, delinearon estrategias de control basadas en la acuicultura de gambas para reducir las poblaciones de caracoles hospedadores intermedios y la administración masiva de medicamentos para tratar individuos infectados.
“Con las gambas monosexuales en superficies que maximizan las ganancias, las gambas reducen sustancialmente las poblaciones de caracoles hospedadores intermedios y ayudan a los esfuerzos de control de la esquistosomiasis", apunta Sagi.
La esquistosomiasis es una enfermedad aguda y crónica causada por gusanos parásitos que pueden provocar dolor abdominal intenso, diarrea y sangre en las heces. En las mujeres, la esquistosomiasis urogenital puede presentarse con lesiones genitales, sangrado vaginal, dolor durante las relaciones sexuales y nódulos en la vulva. En los hombres, la esquistosomiasis urogenital puede inducir patología de las vesículas seminales, la próstata y otros órganos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 220 millones de personas cada año requieren tratamiento preventivo para dicha enfermedad.