La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha advertido del riesgo que supone para la salud pública el consumo de carne de jabalí sin realizar la analítica reglamentaria para detectar triquina, un gusano parasitario.
La advertencia ha tenido lugar en el marco de una reunión mantenida con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), donde ambas entidades han presentado una modificación del Plan Nacional de Contingencia frente a la triquina.
Al encuentro han asistido Ignacio Valle, presidente de la RFEC; Nicolás Urbani, asesor veterinario de la RFEC; Juan Herrera, técnico de la Federación Española; Victorio Teruel, subdirector general de Promoción de Seguridad Alimentaria de Aesan; e Inés Blanco, jefa de Área de Gestión de Riesgos Biológicos de la Subdirección General de Promoción de Seguridad Alimentaria de Aesan.
El presidente de la RFEC, Ignacio Valle, ha pedido a todos los gestores de cotos, orgánicas y cazadores que "recuerden la importancia de realizar el obligado análisis veterinario para detectar la presencia de triquina en la carne de los jabalíes abatidos", porque no es una enfermedad que afecte sólo a los jabalíes, "sino que está en riesgo la salud humana".
La RFEC lanzará, junto a Aesan, una campaña de sensibilización sobre los peligros que supone la ingestión de carne de jabalí que no haya pasado los correspondientes análisis veterinarios.
Según informa la RFEC, en el Plan Nacional de Contingencia se incluye la adopción de medidas en terrenos cinegéticos ante la aparición de animales de caza silvestre con triquina (Trichinella) hasta que no se determine la especie concreta de este parásito.
Una de las medidas es la consideración de todos los subproductos animales que se generaran en todas las actividades de caza mayor, dentro de ese terreno, como no destinados al consumo humano (SANDACH) al menos el resto de la temporada de caza tras la detección de animales infestados.
Además, se mantendría en la temporada siguiente si en la primera actividad cinegética se siguen detectando animales con triquina.
Asimismo, si no se determinara la especie de triquina implicada, o si se determina que es Trichinella pseudospiralis, todos los SANDACH que se generen por actividades de caza mayor en ese terreno cinegético, durante al menos una temporada de caza, se tratarán como categoría I (máximo riesgo biológico) y no podrán destinarse a la alimentación de aves necrófagas.
Por ello, desde la RFEC, han solicitado que la gestión de subproductos de origen animal sólo sea de aplicación en las modalidades de caza donde se abatan jabalíes, como especie sensible a la triquina, pero no al resto de especies cinegéticas de caza mayor que no son reservorios de este parásito.