El último caso confirmado de rabia en perros pone de manifiesto nuevamente el riesgo real de la presencia de esta grave patología zoonótica en España, pues se suma a otro caso confirmado también en Ceuta en el año 2012, o al caso aparecido en Toledo en el año 2013, en el que además varios niños fueron mordidos por el perro afectado.
Así, desde la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (Fesvet) señalan que los programas de vigilancia, prevención y control deben ser “rigurosos y tener en cuenta que el objetivo prioritario es proteger la salud de la población humana, preservando también la salud animal, y en consecuencia se deben desarrollar de manera integral bajo el Sistema Sanitario Público, como máxima garantía de que se prioricen esos objetivos sobre otros intereses”.
En este sentido, apuntan al papel fundamental de los veterinarios oficiales de salud pública en sus diferentes ámbitos de intervención y a los veterinarios clínicos en ejercicio privado, “pues suelen ser los primeros conocedores de casos de pacientes con sintomatología compatible con la enfermedad, y que deben contar con el reconocimiento reglado de la consideración de centro sanitario de los establecimientos, centros y servicios veterinarios”.
Asimismo, Fesvet indica que, en el caso de esta enfermedad vírica, la vacunación de los animales domésticos, en particular perros, gatos y hurones, constituye una de las medidas profilácticas más efectivas y eficientes, sin embargo “la deriva que se viene arrastrando de dejación de sus funciones de protección de la salud por parte del Ministerio de Sanidad, y consecuentemente de los servicios regionales de salud, en el control y vigilancia de las zoonosis desde el animal vivo, que se vienen delegando en departamentos no sanitarios de la Administración, tiene entre otras consecuencias unos planes de vacunación poco rigurosos desde el punto de vista científico y sanitario, así podemos comprobar criterios muy dispares en el plan vacunal entre las diferentes comunidades autónomas, y especies animales a los que se aplica”, denuncian.
Según las informaciones de la Federación, al menos en 5 de las 17 comunidades autónomas la vacunación en perros no es obligatoria, y en aquellas en que, si lo es, también difiere en el carácter anual o bienal de la misma. La situación en el resto de las especies, gatos y hurones es aún más heterogénea.
Por todo ello, desde Fesvet instan a que desde el Ministerio de Sanidad, bajo el criterio de veterinarios de salud pública, se establezcan pautas vacunales homogéneas en todo el territorio nacional, dentro de los programas de vigilancia, prevención y control de la rabia, y se puedan alcanzar los objetivos mínimos marcados por la OMS y la OIE de cobertura vacunal superior al 70% en especies animales susceptibles, en particular el perro, responsable del 90% de los casos de rabia humana en el mundo.