Los bozales para gatos, ¿crueles o útiles?

No es inusual ponerle un bozal a un perro si está siendo agresivo, pero el bozal no suele ser habitual que forme parte del armario de un gato. Sin embargo, parece que se ha puesto de moda, y, además, en una amplia gama de estilos y colores.

Los gatos son criaturas independientes aunque muchos disfrutan cuando los acarician, ir más allá puede provocar que saquen sus garras, al igual que puede ocurrir cuando intentan llevarlo al veterinario.

Por ello, se han creado estos bozales para prevenir lesiones al gato y a las personas involucradas en estas situaciones.

Jan Hoole, experta en comportamiento animal de la Universidad de Keele, hace hincapié en que no todos los bozales son iguales. Algunos son mejores que otros, por ejemplo, el de la imagen de abajo no lo recomienda, “la idea de que un gato que no vea está menos estresado es poco probable que sea cierta. De hecho, es probable que se asuste aún más la próxima vez que visite al veterinario”, resalta.

“La posición del cuerpo del gato en la fotografía muestra claramente que no está relajado y que se siente muy ansioso”, explica.

Algunos gatos que están muy estresados o asustados respirarán por la boca, lo cual no es posible con este bozal debido al pequeño agujero que se encuentra en el extremo. De hecho, si el hocico se desplaza ligeramente durante un procedimiento veterinario, puede cubrir las fosas nasales y el gato no podrá respirar en absoluto.

Otro de los diseños que existen (como el de la imagen de abajo) son más voluminosos y permiten al gato ver, respirar y jadear.

La experta señala que la importancia es preguntarse cuándo deben usarse estos dispositivos. “Para el tratamiento de emergencia, especialmente de gatos callejeros o salvajes que no están acostumbrados a ser manipulados, puede ser inevitable. Incluso para un gato que está acostumbrado a muchas situaciones diferentes y que se ha manejado mucho, puede haber ocasiones en que no pueda hacer frente a un examen o tratamiento invasivo, y puede ser necesario un bozal”, afirma.

NO TIENE QUE SER NECESARIO CON UN BUEN ENTRENAMIENTO

Si bien, Hoole apunta que, para la mayoría de los procedimientos rutinarios, “debería ser posible entrenar a su gato para que acepte el manejo de todo tipo. Si lo haces bien y mantienes el entrenamiento, el gato puede sentir placer en su visita al veterinario o al peluquero. Los gatos pueden incluso aprender a tolerar el corte de las garras si el entrenamiento se realiza bien, aunque los gatos, incluso los gatos de interiores, que tienen la oportunidad de expresar el comportamiento normal de rascarse mantendrán sus propias garras en orden”, asegura.

El entrenamiento de refuerzo positivo se usa para entrenar a muchos animales, incluidos los animales del zoológico, como elefantes y chimpancés, para aceptar que les examinen y traten, “y los gatos son bastante fáciles de entrenar con clicker”, asegura la experta.

Los gatitos deben enseñarse desde una edad muy temprana e introducirse a tantos estímulos inusuales como sea posible, de manera amable y sensible, antes de que alcancen la madurez. “Pregúntele a su veterinario si puede traer a su gatito a la clínica para que el personal pueda acariciar y alimentar al gatito”, recomienda.

Por último, se muestra preocupada por los bozales para gatos porque pueden convertirse en uso habitual para algunas personas cuyos gatos tienen problemas en el hogar, ya sea mordiendo o maullando, por ejemplo. “Los bozales no están bajo control veterinario, cualquiera puede diseñarlas, venderlas, comprarlas y usarlas. Y si se usan mal, tienen el potencial de causar un sufrimiento considerable”, advierte Hoole.