En el contexto de la reunión mantenida entre los representantes veterinarios de España y Marruecos, los veterinarios españoles han expuesto a sus homólogos marroquíes la preocupación que existe en España por la llegada de la fiebre aftosa, la lengua azul, la peste de los pequeños rumiantes (PPR), la fiebre del Valle del Rift o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, según informa la Organización Colegial Veterinaria.
Respecto a la fiebre aftosa, los marroquíes informaron que entre 2014 y 2018 realizaron un plan de vacunación, pero a pesar de ello se produjeron casos en los que la enfermedad había cruzado la frontera procedente de países vecinos. Los intentos de elaborar una estrategia regional (Argelia, Libia, etc.) todavía no ha podido culminarse.
Por otro lado, señalaron que la aparición del serotipo A en Argelia supuso un problema porque los argelinos carecían de la vacuna para este serotipo (la Unión Europea cedió sus stocks de vacunas en este caso). A pesar de todo, desde 2014, se está procediendo en Marruecos a la vacunación con vacuna bivalente (serotipos A y 0) y, al mismo tiempo, a la identificación mediante crótalos de los bovinos, lo que, además, constituye una fórmula de combatir el contrabando de animales.
Los veterinarios marroquíes informaron de que todos los casos de fiebre aftosa han sido declarados a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y que los análisis han sido certificados por los laboratorios de la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria francesa.
Respecto a la PPR, informaron que desde 2015 se está procediendo a la vacunación a través de la campaña impulsada por la OIE y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) para erradicar la enfermedad en todo el mundo.
EL PROBLEMA DE LA RABIA
Uno de los principales problemas que más preocupa, tanto a españoles como a marroquíes, es la situación de la rabia en Marruecos, una enfermedad que sigue sin ser erradicada. Se diagnostican alrededor de 300 casos anuales y los principales focos de infección están en la numerosa cantidad de perros callejeros. La inexistencia de propietarios (al igual que sucede con las colonias felinas en España) hace más difícil la erradicación de la enfermedad. Por ello, en Marruecos se está aplicando un programa de vacunación y esterilización de estos perros.
La rabia también está teniendo consecuencias para el turismo. Muchos propietarios de mascotas europeos mal informados se encuentran a su regreso con la sorpresa de que tienen que dejar a su mascota en cuarentena de varios meses en el puesto fronterizo, asumiendo además los costes. En raras ocasiones, para evitar el trauma psicológico al propietario, se logra que esos meses de cuarentena se pasen en instalaciones cercanas al domicilio del propietario.
Así, los veterinarios marroquíes solicitaron ayuda a la Organización Colegial Española para que los veterinarios clínicos faciliten a los dueños de mascotas una información completa de los trámites a seguir para ir a un país tercero de la Unión Europea (UE).
Los veterinarios de Marruecos también solicitaron la colaboración y asesoramiento del Consejo General español para implementar un registro de identificación similar al que ha impulsado la Organización Colegial Veterinaria Española, un sistema al que consideran como un referente mundial.
A este respecto, Juan José Badiola, presidente de la Organización Colegial Veterinaria española (OCV), propuso la creación de una comisión bilateral dedicada exclusivamente al problema de la rabia. Y todos los presentes coincidieron en que es necesario solucionar el problema erradicando la enfermedad. En palabras de Luis Alberto García Alía, vicepresidente de la OCV, “la enfermedad de la rabia es un problema de salud pública, luego hay que proceder a su erradicación. Y eso solo se logra vacunando, vacunando y volviendo a vacunar”.
También se concluyó en que la UE debería ayudar a Marruecos para lograr erradicar la enfermedad. Y se puso como ejemplo como una campaña apoyada por la Organización Mundial de la Salud logró erradicar en seis años la hidatidosis.