Un estudio internacional dirigido por la Universidad Técnica de Dinamarca, con la participación de la investigadora del programa de Sanidad Animal del IRTA Marta Cerdà-Cuéllar, demuestra que analizar el material genético de las aguas residuales informa de manera rápida, exacta y económica los tipos y niveles de bacterias resistentes a antibióticos. Estos tipos de análisis permitirán hacer un seguimiento de la aparición de resistencias antimicrobianas en todo el mundo y predecir situaciones futuras.
La resistencia antimicrobiana es una de las principales amenazas mundiales para la salud pública. Ahora, por primera vez, un equipo científico internacional ha publicado, a partir del amplio análisis de muestras de aguas residuales, los primeros datos globales comparables de los niveles y los tipos de bacterias resistentes a los antibióticos que hay a nivel mundial. En el estudio, publicado este mes en la revista Nature Communications, se han analizado exhaustivamente las aguas residuales de 74 ciudades de 60 países diferentes. Mediante el análisis del ADN de las muestras se ha podido identificar un abanico muy amplio de genes que confieren resistencia a antibióticos.
Según los resultados, los investigadores sugieren dos grupos de regiones en función de la abundancia y la diversidad de resistencia antimicrobiana. Por un lado, América del Norte, Europa occidental, Australia y Nueva Zelanda es donde hay un nivel más bajo de resistencia antimicrobiana.
Por otra parte, en Asia, África y América del Sur es donde se encuentra más. En Brasil, India y Vietnam es donde se ha encontrado más diversidad de genes de resistencia en las aguas residuales analizadas.
“Esto sugiere que estos países podrían ser puntos calientes de emergencia de nuevos mecanismos de resistencia a antibióticos”, explica Marta Cerdà, investigadora del Centro de Investigación en Sanidad Animal IRTA-CReSA.
LAS RESISTENCIAS SE RELACIONAN CON EL SANEAMIENTO Y LA SALUD HUMANA Y ANIMAL
El hecho de encontrar genes de resistencia antimicrobiana en las aguas residuales se explica, en parte, por el uso de antibióticos que hace la población de un país. Sin embargo, esta no es la única causa del nivel global de resistencias detectado en el estudio. Otros factores que los investigadores han podido asociar con la presencia de resistencia antimicrobiana son las condiciones sanitarias de cada país y del estado de salud general de la población.
“Por lo tanto, creemos que sería muy efectivo mejorar las condiciones sanitarias en los países que hay niveles más altos de resistencia antimicrobiana para hacer frente al problema”, comenta la experta.
Utilizando datos del índice de desarrollo humano desde el año 2000 hasta 2016 del Banco Mundial de Datos, los investigadores han elaborado un mapa mundial que predice los niveles de resistencia antimicrobiana en poblaciones sanas de 259 países diferentes. Teniendo en cuenta datos sobre los factores socioeconómicos, de salud y del medio ambiente en cada país, las estimaciones sugieren que los Países Bajos, Nueva Zelanda y Suecia tendrían los niveles más bajos de resistencia, mientras que Tanzania, Vietnam y Nigeria tendrían los niveles más altos.
UN SISTEMA DE VIGILANCIA GLOBAL
Analizar las aguas residuales tiene muchas ventajas. Por un lado, permite determinar de forma rápida, precisa y relativamente económica qué bacterias hay en un área geográfica determinada. Por otra parte, se trata de un tipo de muestra que no requiere la aprobación de un comité de ética, ya que es un material que no se puede rastrear a nivel de individuo.
Así, el objetivo es desarrollar un sistema de vigilancia global que permita intercambiar información en tiempo real. De este modo, esta información permitiría gestionar la presencia y la distribución de microorganismos que provocan enfermedades, así como de resistencias antimicrobianas más allá de las fronteras de un país, como el ébola, el sarampión, la poliomielitis o el cólera.