Actualmente, la relación que existe entre algunas personas y su mascota es tan estrecha, que muchos dueños deciden trasladar sus hábitos a los animales, incluso aquellos no tan saludables.
Como sucede con el índice de obesidad o con el sedentarismo, el uso de opioides en las mascotas está aumentando cada vez más en Estados Unidos, según informan en un estudio investigadores de la Universidad de Pensilvania.
La investigación señala un incremento del 41% de opioides para animales pequeños en los últimos 10 años, según la proporción en miligramos equivalentes de morfina. Los descubrimientos del estudio sobre prescripciones veterinarias de medicamentos opioides, sugieren que también existe una mayor demanda de este tipo de fármacos para los animales, impulsada, en gran medida, por procedimientos complejos realizados en medicina veterinaria, así como por una mayor importancia que se da a la gestión del dolor, también en los animales de compañía.
Para el estudio, los investigadores analizaron cuatro tipos de opioides, recetados desde enero de 2007 hasta diciembre de 2017, según los registros de la farmarcia del Hospital Ryan de la Universidad, entre los que se encontraban tramador, hidrocodona, tabletas de codeína y parches de fentanilo.
Entre los animales que fueron estudiados había un 73% de perros y un 22,5% de gatos, además de conejos, serpientes y aves, todos ellos pacientes de este centro de atención veterinaria, dedicado a la observación y tratamiento del dolor en los animales.
Dana Clarke, profesora asistente de radiología intervencionista de la Universidad e investigadora principal del estudio, afirma que, “encontramos que el incremento en la cantidad de medicamentos opioides recetados por nuestro hospital, no se debió solo a un mayor volumen de pacientes veterinarios. Es probable que nuestro objetivo de asegurar que nuestros pacientes estén libres de dolor después de la operación, especialmente para aquellos que requieren procedimientos complejos e invasivos, impulsara el aumento de nuestras prácticas de prescripción durante este periodo”.
En este sentido, los investigadores consideran que el aumento en las prescripciones de opioides para las personas durante la última década, puede haber ido de manera paralela con un aumento de la dispensación de estos fármacos a los animales de compañía.
Así, advierten de la posibilidad de que algunas personas puedan estar accediendo a estos fármacos para abusar de ellos gracias a sus mascotas, dado que el número anual de visitas al veterinario aumentó durante este mismo período en un 13%, según alertó la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), que teme que los dueños de perros adictos a los opioides les estén robando a los animales su medicación.
Esto sucede ya que en Estados Unidos, la prescripción de opioides en medicina veterinaria no se encuentra regulada como la prescripción médica en seres humanos, lo que explica el mal uso al que se hace referencia.
SITUACIÓN EN ESPAÑA
Por el contrario de lo que sucede en América, el veterinario José Enrique Zaldívar informa que “en España existe un exhaustivo control sobre las recetas, ya que no podemos utilizar las que no estén controladas y numeradas por el Consejo General de Veterinarios de nuestro país”, según recoge La Razón.
“Solemos usarlos como parte de determinados protocolos anestésicos, como la metadona y el fentanilo. También se utiliza la buprenorfina y el fentanilo para determinados tipos de dolor en los animales”, concluye el experto.