A pesar de los esfuerzos invertidos en la conservación de las especies animales de nuestro planeta por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, en la actualidad aun son casi un tercio de ellas las que se encuentran en peligro de extinción, concretamente un 27% de todas las evaluadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Dentro de este porcentaje, un total del 25% de los mamíferos resulta en peligro de ser extinguido, entre los que se encuentran el orangután de Borneo, el oso hormiguero gigante, el rorcual común, el gorila de montaña, el pangolín y una subespecie de jirafa.
Por su parte, los anfibios no se quedan atrás, y es que un 40% de los evaluados –siendo bastantes más que los mamíferos-, también se hallan en situación de peligro. A esta lista se le añade un 31% de tiburones y rayas, un 27% de crustáceos y con el porcentaje más bajo, un 14% de aves.
UNO DE LOS FACTORES DESENCADENANTES
Según el último informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el tráfico ilegal de especies es el tercer negocio más lucrativo tras el de armas y drogas, se estima que genera 20.000 millones de euros anuales y está poniendo en riesgo el futuro de grandes especies.
La primatóloga Jane Goodall, una de las mayores expertas en chimpancés del mundo, confirma que “estamos viviendo la sexta extinción masiva de especies, causada por nosotros”, según explicó durante su estancia en España el pasado diciembre.
El tráfico más significativo es el de reptiles, principalmente de pieles. España es el país donde se incauta un mayor número de pieles del mundo, acumulando casi un tercio del total (11.600 pieles entre 2005 y 2012). Otra parte significativa de este tráfico son animales vivos, y destaca la tortuga mora (Testudo graeca) proveniente del norte de África (3.003 ejemplares, un 18% del total), así como diferentes especies raras de origen variado que van camino a las grandes ferias del centro de Europa, sobre todo la de Hamm (Alemania).