Al igual que los humanos, los perros a veces nacen con problemas de audición o experimentan pérdida de audición como resultado de enfermedades, inflamación, envejecimiento o exposición al ruido. “Los dueños de perros deben tener esto en cuenta al adoptar o cuidar a los perros y al llevarlos a entornos ruidosos”, señala Kari Foss, neuróloga veterinaria.
En un nuevo estudio, Foss y sus compañeros describen casos de pérdida auditiva en tres perros de trabajo: un perro de caza, un perro rastreador y un perro policía. Uno de los tres tenía pérdida auditiva permanente, uno respondió al tratamiento y el tercero no regresó a la instalación donde originalmente fue diagnosticado para una atención de seguimiento.
Los estudios de caso demuestran que aquellos que trabajan con policías o perros de caza "deben ser conscientes de la proximidad de un perro a los disparos y posiblemente considerar la protección auditiva", señala Foss. Actualmente existen varios tipos de protección auditiva para perros en el mercado.
Al igual que en los humanos, los ruidos fuertes pueden dañar las delicadas estructuras del oído medio e interno de un perro.
"Con mayor frecuencia, la pérdida auditiva inducida por el ruido resulta del daño a las células ciliadas de la cóclea que vibran en respuesta a las ondas sonoras", explica la experta. "Sin embargo, el ruido extremo también puede dañar el tímpano y los huesos pequeños dentro del oído interno, llamados huesecillos".
“Los dueños de mascotas o los cuidadores de perros tienden a notar cuando un animal deja de responder a los sonidos o comandos. Sin embargo, es fácil pasar por alto los signos, especialmente en perros con uno o más compañeros caninos”, agrega Foss.
Asimismo, indica que "en los cachorros con sordera congénita, los signos pueden no notarse hasta que el cachorro se retire de la camada".
Evaluación del dálmata.
SIGNOS DE PÉRDIDA AUDITIVA
Los signos de pérdida auditiva en los perros incluyen no responder cuando se les llama, dormir con sonidos que normalmente los despertarían, sobresaltarse con ruidos fuertes que antes no les molestaban, ladrar en exceso o emitir sonidos vocales inusuales. Los perros con sordera en un oído pueden responder a las órdenes, pero pueden tener dificultades para localizar la fuente de un sonido.
La veterinaria recomienda que, si los dueños de mascotas piensan que su mascota está experimentando pérdida de audición, deben visitar a un veterinario para que evalúe al animal. “La pérdida auditiva derivada de infecciones del oído, inflamación o pólipos en el oído medio puede tratarse y, en muchos casos, resolverse”, comenta.
Los perros sordos o con discapacidad auditiva pueden perder pistas sobre posibles amenazas en su entorno. "Son vulnerables a peligros no detectados como los vehículos motorizados o los depredadores y, por lo tanto, deben ser monitoreados cuando están afuera", advierte.
Si la pérdida auditiva es permanente, los dueños de perros pueden encontrar formas de adaptarse. "Los propietarios pueden usar el contacto visual, las expresiones faciales y las señales con las manos para comunicarse con sus mascotas", indica.
No obstante, Foss afirma que la pérdida de audición no parece afectar la calidad de vida de los perros. "Un perro con pérdida auditiva congénita crece completamente sin darse cuenta de que son diferentes de otros perros ", apunta. "Los perros que pierden la audición más adelante en la vida pueden ser más conscientes de su pérdida auditiva, pero se adaptan bastante bien. La vida de un perro se vería significativamente más afectada por la pérdida del olfato que por la pérdida de la audición".