El fiscal de los Estados Unidos William M. McSwain anunció que Jonathan Nyce, de 70 años, de Collegeville, Pensilvania, fue acusado por fraude electrónico y el envío interestatal de medicamentos para animales mal etiquetados. Los cargos surgen tras defraudar a los dueños de mascotas al afirmar falsamente que vende fármacos para curar el cáncer canino.
La acusación formal alega que el acusado creó varias compañías a partir de 2012, incluidas "Canine Care", "ACGT" y "CAGT", a través de las cuales pretendía desarrollar medicamentos destinados a tratar el cáncer en perros. Utilizando varios sitios web para estas compañías, el demandado vendió estos medicamentos "curadores del cáncer" a dueños de mascotas desesperados, usando los nombres de medicamentos "Tumexal" y "Naturasone". Los sitios web hicieron numerosas afirmaciones supuestamente falsas y fraudulentas con respecto a la seguridad y eficacia de estos supuestos medicamentos, como que "Tumexal es eficaz contra una amplia variedad de cánceres" y "Tumexal casi siempre restaurará el apetito, el espíritu y la energía de un perro afectado por cáncer". Como se alega, estos medicamentos no fueron nada más que una colección de ingredientes a granel de varias fuentes.
Además, a través de conversaciones telefónicas y por correo electrónico, Nyce supuestamente indujo a los dueños de perros con enfermedades terminales a pagarle cientos o miles de dólares por estos medicamentos promocionando la efectividad de sus productos para tratar una gran cantidad de cánceres caninos. También les dijo a los posibles clientes que sus mascotas podrían formar parte de ensayos clínicos, pero para hacerlo tuvieron que pagarle grandes sumas de dinero. El acusado incluso afirmó falsamente que la investigación de su compañía fue "financiada en parte por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos".
"La supuesta conducta del acusado aquí es vergonzosa", aseguró el fiscal federal McSwain. “Como cualquier dueño de perro te dirá, incluido yo mismo, las mascotas se convierten rápidamente en parte de la familia. Y cuando se enferman, los propietarios atentos buscan esperanza, a menudo haciendo todo lo posible para mantener a sus queridas mascotas vivas y saludables. El acusado está acusado de aprovechar ese instinto de crianza de la peor manera posible defraudando a los dueños de mascotas y dándoles falsas esperanzas de que puedan salvar a su mascota moribunda. Eso es cruel e ilegal, y ahora el acusado enfrentará las consecuencias".
Si es declarado culpable, el acusado se enfrenta a una sentencia máxima posible de 32 años de prisión y una multa de hasta 1.250.000 dólares (1.134.412 de euros).