Los perros pueden detectar la presencia de tumores en la próstata a través de la orina con un 93% de eficacia, según la investigación llevada a cabo por la organización británica Medical Detection Dogs, recogida por la Real Sociedad Canina de España (RSCE) con motivo del Día Internacional contra el Cáncer.
Gracias a la detección precoz, se podrían reducir las muertes causadas por esta enfermedad, que ascienden a cerca de 9 millones al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en ese aspecto los perros cobran gran protagonismo. Porque su olfato ha demostrado ser prácticamente infalible. Según Medical Detection Dogs, su nariz es el mejor sensor biológico que tenemos, con 300 millones de receptores olfativos en el hocico.
Una investigación de 2014 indicó que estos animales son capaces de detectar pequeñas huellas del olor creado por diferentes enfermedades, entre ellas el cáncer. Una enfermedad que ya es una de las mayores enemigas de la salud mundial ya que solo en 2020, el número de nuevos casos de cáncer diagnosticados en España alcanzará los 277.394, cifra muy similar a la de 2019, siendo los de pulmón, colón y estómago los que más muertes provocan, al igual que sucede con el de mama en el caso de las mujeres.
Así, la organización británica entrena a los perros durante seis meses de lunes a viernes para que puedan ayudar en las labores de detección, sobre todo para acabar con los falsos positivos. Cuando los canes identifican el olor asociado al cáncer en muestras de cantidades de 0,5 milímetros, lo indican sentándose o parándose. De este modo, el sistema británico de salud pública ya ha incorporado estas pruebas con perros ante su gran fiabilidad.
SU OLFATO, TAMBIÉN CONTRA EL CÁNCER DE MAMA
Pero no solo se limitan al cáncer de próstata; también ayudan a detectar el de mama, que es la segunda causa mundial de muerte entre las mujeres. A esa determinación llegó Isabelle Fromatin, del Instituto Marie Curie, investigadora asociada a la Cátedra de Ciencias de la Enfermería de la Universidad de París 13, la cual comenzó en 2009 una tesis sobre heridas y lesiones causadas por el cáncer de mama.
Su investigación determinó que, cuando una persona padece esta enfermedad, su cuerpo produce sustancias químicas orgánicas llamadas compuestos orgánicos volátiles (COV), las cuales los perros pueden detectar a través de su olfato, de modo que se podría detectar la enfermedad de forma temprana.
Así surgió el proyecto KDOG en el año 2011, por el que se constituyó un equipo multidisciplinar en el Instituto Marie Curie formado por especialistas del propio centro (patólogos, enfermeras y cirujanos oncológicos), investigadores científicos en biología y química de la escuela de ingeniería ESPCI París y expertos en perros (veterinarios, etólogos y cuidadores) para dar forma a este proyecto y entrenar a los canes para esta importante labor.
De este modo, los perros, además de ayudar en labores de terapia para la recuperación de enfermos en hospitales, también pueden contribuir a la investigación, lo que da un salto cualitativo a la lucha contra esta mortífera enfermedad que sigue siendo la gran preocupación del ámbito médico.