Como ya avanzara Diario Veterinario, la situación de gripe equina en Europa es alarmante. El número elevado de casos de influenza equina detectados en gran parte de Europa preocupa al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), ya que un foco puede tener un grave impacto en el sector equino, con las consiguientes limitaciones potenciales a los movimientos de caballos y eventos cancelados.
Precisamente, España debe tener mucha precaución debido a que la vacuna contra gripe o influenza equina no es obligatoria a no ser que el caballo compita, pues las federaciones autonómicas, nacional e internacional sí que exigen el registro de vacunas al día.
Por ello, la Secretaria General de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad del MAPA ha emitido de manera “urgente” un protocolo de actuación ante la sospecha o confirmación de un foco de la enfermedad en una explotación equina.
El documento, al que ha tenido acceso Diario Veterinario, señala que la influenza o gripe equina, rara vez mortal, es una enfermedad respiratoria que afecta a caballos, asnos, mulos y otros équidos. No se considera zoonosis.
Si bien, se considera una enfermedad altamente contagiosa y se transmite a través de secreciones respiratorias, pudiendo excretarse el virus incluso antes de manifestar síntomas clínicos. También se puede transmitir vía mecánica a través de ropa o material del personal que trabaja con équidos. La concentración de animales y el transporte favorecen su transmisión.
Además, la gravedad reside en que su periodo de incubación es corto, con una media de 1-3 días, y una vez se introduce en una zona con población susceptible puede provocar brotes explosivos.
Los síntomas clínicos comprenden fiebre y tos seca y dolorosa, seguido de descargas nasales. Con frecuencia se observa decaimiento, pérdida del apetito, dolores musculares y debilidad. Por lo general, la sintomatología cede en pocos días, aunque pueden aparecer complicaciones provocadas por infecciones secundarias. La mayoría de los animales se recupera en 15 días, aunque algunos équidos pueden tardar hasta seis meses en recobrar por completo su capacidad física.
Para su control y prevención se recurre a la vacunación, la cual no siempre protege de la infección por la variabilidad de las cepas, pero puede reducir la gravedad de la enfermedad y el tiempo necesario para su recuperación.
El virus puede destruirse fácilmente con desinfectantes comunes, por lo que una higiene y desinfección rigurosas se establecen como unas medidas esenciales para prevenir su difusión.
PROTOCOLO DE ACTUACIÓN
El propietario, veterinario de la explotación, así como cualquier otra persona que tenga conocimiento, debe notificar en el menor tiempo posible la sospecha clínica de influenza equina a los Servicios Veterinarios de la Comunidad Autónoma correspondiente.
De esta manera, las autoridades competentes se encargarán de “realizar un examen clínico de los animales; toma de muestras oficiales; cumplimentar una encuesta epidemiológica; aislamiento físico de los animales sospechosos; impedir el acceso común a pastos, así como evitar que compartan bebederos y comederos con otros animales clínicamente sanos; minimizar los movimientos; y extremar las medidas de limpieza y desinfección en la explotación”.
Tras la confirmación laboratorial de un foco de influenza equina, se pondrán los medios necesarios para evitar la difusión de la enfermedad.
En este sentido, recomiendan mantener el aislamiento de los animales un mínimo de 7 días pasado el periodo febril, así como evitar el movimiento de los mismos hasta su recuperación.
Adicionalmente, en función de las instalaciones y estatus del resto de los animales de la explotación, se recomienda la vacunación de la totalidad de los efectivos clínicamente sanos. De acuerdo con los resultados obtenidos en la encuesta epidemiológica inicial, se recomienda investigar aquellas explotaciones y animales que hayan podido tener contacto con un animal con confirmación laboratorial.
Finalmente, las autoridades competentes de las Comunidades Autónomas informarán de la confirmación del foco a la Subdirección General de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad del MAPA de cara a proceder a realizar las comunicaciones oficiales en los informes semestrales a la OIE, así como del resultado de las investigaciones realizadas.
SITUACIÓN EPIDEMIOLÓGICA
A excepción de Australia (donde se registró un importante brote en 2007), Nueva Zelanda e Islandia, la influenza equina es endémica en todo el mundo.
A lo largo del último año, se ha registrado un aumento en la actividad de influenza equina reportada en Europa. A finales de diciembre se registraron múltiples brotes en el norte de Francia, y a partir de las primeras semanas de 2019 se aumentaron también los diagnósticos positivos en el resto del territorio de Francia, así como en Bélgica, Alemania, Irlanda, los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Reino Unido.
En España también se han detectado casos positivos confirmados por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete.
Los virus que circulan actualmente pertenecen al subtipo H3N8 y debido a la acumulación gradual de mutaciones en las glicoproteínas de superficie, en particular en la hemaglutinina viral (HA), las cepas vacunales se deben actualizar regularmente de acuerdo a las recomendaciones de la OIE, incluyendo una cepa representativa de cada una de las dos sublinajes del virus, Florida Clado 1 y Florida Clado 2.