Valentín Almansa, Director General de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y veterinario, de lo que considera que “es un orgullo”, repasó la situación de la sanidad animal en España durante la celebración del I Congreso Nacional de la Profesión Veterinaria celebrado el pasado 10 y 11 de mayo en Murcia.
En su ponencia expuso la repercusión de la sanidad animal en la economía. Si bien, antes hizo hincapié, “para evitar malentendidos”, que para el Ministerio de Agricultura “la salud pública es la primera prioridad de la sanidad animal. Una prioridad irrenunciable e innegociable”, haciendo referencia a que “un alimento que no es seguro sencillamente no es un alimento”.
Tras ese apunte, Almansa comenzó resaltando que la sanidad animal hay que considerarla como una inversión. “La sanidad animal está íntimamente ligada a la rentabilidad de las explotaciones, un país que no tiene a sus animales sanos no puede acceder al mercado global. Por lo tanto, sin sanidad animal no hay rentabilidad”, afirmó.
En este sentido, considera que, en cierto modo, la veterinaria es una carrera económica. En primer lugar, puso de ejemplo los 14 millones de euros que cuesta la campaña de vacunación de lengua azul, que gracias a esta medida permite garantizar 340 millones de ingresos por exportaciones. Una medida que ha sido criticada por la Comisión Europea, sin embargo, el director general explicó que en Francia están sufriendo las consecuencias de no aplicar esta precaución.
En el caso de la peste porcina africana, si la enfermedad lograse penetrar en territorio español pondría en riesgo 1.800 millones de euros en exportaciones, “¿cuánto podemos invertir en revertir la entrada de esta enfermedad?”, se preguntaba, y en el caso de la fiebre aftosa la cifra se eleva a 2.500 millones. Por ello, Almansa animó al sector a que invirtieran en prevenir la entrada de estas enfermedades.
Claramente la producción ganadera española está ligada a la exportación, por lo que no es viable cerrar las fronteras como mucha gente le pide. “No hay alternativa, exportamos aproximadamente el 40% del porcino que producimos, no podemos dejar de exportar. Exportamos 200.000 animales de vacuno vivos, ¿quién está dispuesto a dejar de cebarlos?”, argumentaba.
Por otra parte, respecto a las enfermedades emergentes y reemergentes, alertó de que hay que estar vigilantes para impedir la llegada de fiebre aftosa o de peste porcina africana, pero también le preocupa la brucelosis. En referencia a ésta última enfermedad, el veterinario destacó e hizo un repaso de la “magnífica situación de brucelosis en España” que “casi está erradicada”.
Además, hizo referencia a la tuberculosis, “tenemos muy buenos datos a pesar de lo que la gente piensa, pero es verdad que algunas comunidades autónomas son más seguras”. Anunció que Galicia, una de las comunidades de vacuno por referencia en el territorio español, esperan que en 2 años esté erradicada la enfermedad.
Y destacó que “tenemos un problema con la IBR (Rinotraqueitis Infecciosa Bovina)”, para cuya erradicación el Ministerio va a poner en marcha un programa voluntario y van a prohibir la vacunación con vacuna no marcada. También señaló su preocupación frente a la lengua azul y el serotipo 8, ya que los serotipos 1 y 4 están controlados.
Almansa también consideró un desafío el control de la introducción de productos cárnicos que se produce en el tráfico de pasajeros, un tema complicado de abordar y un reto de comunicación porque supone concienciar a millones de personas.
LA BIOSEGURIDAD COMO BARRERA ANTE LAS ENFERMEDADES
Para continuar con este gran nivel de sanidad animal y poder seguir exportando, resaltó a la bioseguridad como “gran barrera ante la entrada de enfermedades”. Algo que no está todavía asumido, “la bioseguridad no es un manual, no es un plan, es una forma de pensar. Una forma de gestionar tu explotación de forma distinta”.
Según Almansa se sigue teniendo descuidos y señaló la preocupación por los problemas de bioseguridad en el transporte de animales.
“La bioseguridad es nuestra gran asignatura pendiente y los veterinarios somos básicos porque somos los que tenemos que explicar y asesorar en esta materia”, apuntó.
Por otro lado, habló de regular de una vez por todas la figura del veterinario de explotación. A este respecto señaló que el MAPA ha presentado un borrador al Consejo General de Colegios Veterinarios. Para Almansa, el ganadero tiene que ver al veterinario como una inversión, como alguien que puede aportar valor añadido.
Valentín Almansa finalizó recordando que la profesión veterinaria es una pieza clave en la magnífica evolución de la sanidad animal en España y en la rentabilidad del sector alimentario español, además de ser también clave en la bioseguridad y la lucha contra las biorresistencias. Por ello, como veterinario pidió que “tenemos que creérnoslo y tenemos que hacernos valer”.