Los animales de compañía son parte de nuestras familias, pero inevitablemente nos llega el momento de decirles adiós debido a la vejez o la enfermedad.
Es habitual que los dueños de las mascotas opten por enterrar a sus animales cerca de ellos, para ello suelen utilizar el jardín de casa. Sin embargo, esto conlleva algunos riesgos ocultos.
La veterinaria Rachel Allavena, de la Universidad de Queensland en Australia, explica que la mayoría de las mascotas que mueren por eutanasia lo hacen a través de un agente anestésico extremadamente concentrado, pentobarbital. Este medicamento persiste en el cuerpo de la mascota más de un año, lo que puede provocar que al remover un animal la tierra donde hayan sido enterrados los restos de la mascota pueda ser envenenado por el pentobarbital.
“He visto dos casos en mi carrera en los que esto ha ocurrido, con graves consecuencias. En un caso, una familia hizo que su ratón fuera sacrificado y lo enterraran en el patio trasero. El terrier de la familia desenterró y se comió el ratón, y estuvo en coma en cuidados intensivos durante casi una semana. En otro caso, dos perros extrajeron algunos huesos de una vaca que había sido sacrificada en una granja meses antes. Un perro murió y el otro estuvo gravemente enfermo durante varios días”, advierte Allavena.
Además, la experta comenta que, si la mascota muere a causa de una enfermedad que podría contagiarse a otros animales o incluso a personas, su cuerpo también podría representar un riesgo. “Si bien la vacunación ha reducido la cantidad de enfermedades peligrosas para las mascotas, algunas enfermedades como el parvovirus todavía ocurren y son muy resistentes y se propagan fácilmente entre los perros”, apunta.
Este virus causa enfermedades gastrointestinales graves y, a veces, fatales en cachorros y perros jóvenes. “Afortunadamente, no hay muchas enfermedades que podamos contraer de nuestras mascotas, pero algunas, como la salmonelosis y la toxoplasmosis, pueden enfermar gravemente a las personas sensibles”, recuerda la veterinaria.
ALTERNATIVAS
Una opción son los crematorios y cementerios para mascotas. Los servicios son muy profesionales y cubren una variedad de opciones y rangos de precios que se adaptan a la mayoría de los dueños de mascotas. Los costes pueden variar con el tamaño de la mascota.
El entierro o la cremación profesional evita los riesgos de contaminación ambiental o enfermedad que podrían ocurrir con el entierro en un jardín.
Sin embargo, Allavena explica que existe otra opción, donarlo a la ciencia. “Como patóloga veterinaria, mi trabajo es realizar autopsias en animales para determinar la causa de la muerte.
También utilizamos el conocimiento y las muestras que obtenemos de las autopsias para realizar investigaciones que mejoren nuestra comprensión de las enfermedades y los tratamientos en animales y personas. Nuestras mascotas son excelentes ‘modelos’ de enfermedades tanto en mascotas como en personas, lo que permite a los científicos estudiar el desarrollo y la progresión de una enfermedad y desarrollar nuevos tratamientos”.
El cáncer es la causa más común de muerte entre los perros. Muchas razas populares contraen el mismo cáncer, lo que proporciona un valioso material de investigación. Estos cánceres de perro son similares en apariencia, comportamiento, tratamientos y causas genéticas a muchos cánceres humanos.
En los Estados Unidos, los ensayos de cáncer en perros ya están informando sobre nuevos tratamientos para humanos.
Otra área en la que los perros son valiosos aliados científicos es el estudio de enfermedades genéticas y de desarrollo poco comunes en niños. “Como hemos criado perros para que tengan características específicas, como los bulldogs franceses, hemos creado inconscientemente anomalías genéticas. Algunos de estos están cerca de ser el equivalente de los raros trastornos genéticos en niños. Por lo tanto, los perros pueden usarse para ayudar a identificar las mutaciones genéticas detrás de la enfermedad y cómo el gen defectuoso afecta a los niños humanos”.
LAS UNIVERSIDADES NECESITAN DONACIONES
La mayoría de las facultades de veterinaria están interesadas en todas las especies para la enseñanza. “Mi institución toma de todo, desde ratones hasta caballos, y mascotas exóticas como serpientes y lagartos. Todas estas especies brindan oportunidades para aprender sobre su anatomía y enfermedades”, explica la veterinaria.
“Además de ayudarnos a investigar enfermedades humanas, las escuelas de veterinaria necesitan donantes de cuerpos de mascotas para ayudar a enseñar anatomía, cirugía y patología. En su forma más ética, este entrenamiento se realiza en cuerpos de animales que han muerto por causas naturales. Las mascotas donadas proporcionan a mis alumnos una valiosa comprensión de cómo las enfermedades afectan el cuerpo. Además, informamos los resultados de la autopsia al veterinario de la mascota. Esta información es crucial para los veterinarios que desean confirmar los diagnósticos y para darles un cierre a los afligidos propietarios”, concluye Allavena.