Los desastres naturales, que desde siempre han existido y especialmente en los últimos años han sido tan numerosos, no sólo se llevan por delante la vida de miles de personas y originan enormes destrozos a lo largo de todo el mundo, sino que también acaban con la vida de los animales, mientras otros terminan sumidos en el abandono más absoluto debido a la falta de preparación y asistencia veterinaria en casos como estos.
Sin ir más lejos, una estimación de 250.000 gatos y perros fueron desplazados o murieron como resultado del conocido Huracán Katrina, ya que “el servicio veterinario no suele ser la autoridad principal ante catástrofes y los desafíos para los operadores y veterinarios son muy diferentes de los encontrados en un brote de una enfermedad animal grave o enfermedad transmitida por los alimentos”, advierten desde la Comisión Europea.
A pesar de ello, la Comisión en su informe señala que “los servicios veterinarios de 6 países de los Estados miembros están particularmente bien preparados”, debido a que cuentan con una serie de entrenamiento y ejercicios, acceso a planes de manejo de desastres por su propia autoridad u otra, y después de haber probado sus sistemas de manejo de animales para condiciones difíciles en desastres naturales reales.
Por otra parte, apunta que se han elaborado planes específicos de gestión de desastres para los servicios veterinarios en 5 de los Estados miembros, mientras que en 7 Estados miembros los servicios se basan únicamente en sus procedimientos internos para el tratamiento de enfermedades animales graves.
Según resaltan, el 50% de los servicios veterinarios de los Estados miembros respondieron no haber tenido acceso a entrenamientos o ejercicios dirigidos para el manejo de desastres naturales, “los servicios no tenían más pautas que las que utilizan para los planes de contingencia de enfermedades animales”.
En este sentido, explican que “los servicios veterinarios pueden no estar en condiciones de brindar un apoyo rápido y adecuado a los ciudadanos”.
SITUACIÓN EN ESPAÑA
A pesar de que España aún no cuenta con un plan para evacuar a los animales en situaciones de emergencia, Amparo Requena, presidenta de la asociación protectora de animales Modepran, propone una serie de medidas a tomar en cuenta, como la participación de profesionales veterinarios formados en emergencias veterinarias acompañados de bomberos, la creación de una red de refugios o de asociaciones conectadas entre sí para acoger a los animales, o el establecimiento de una normativa para bajar el ganado de los montes en caso de previsión de grandes temporales.
Por su parte, asociaciones como Pacma establecen también su propio protocolo, donde se menciona la necesidad de conocer el número de animales a evacuar en cada zona, de contar con la relación de los lugares donde ubicar a los animales, de formar un equipo de veterinarios que colaboren durante la catástrofe y de obligar a los parques zoológicos a diseñar la evacuación.