La última votación del Parlamento británico, en la que se discutió si aprobar o no las medidas acordadas por Theresa May, primera ministra del Reino Unido, con la Unión Europea (UE) sobre cómo abandonarla el próximo 29 de marzo, muestra un escenario bastante preocupante para los animales y su bienestar.
Esto es debido a que las medidas acordadas entre la Unión Europea y May fueron rechazadas, con un resultado que ha significado la mayor derrota de cualquier gobierno en la historia política británica, y esta situación puede conducir a una salida del Reino Unido sin acuerdo con la Unión Europea.
En el acuerdo alcanzado por la primera ministra, los animales y los productos derivados de ellos podían seguir moviéndose libremente entre Reino Unido y Europa hasta finales de 2020, además permanecerían en la unión aduanera de la UE como lo hace actualmente Turquía, lo que incluiría respetar las normas de bienestar animal europeas.
Sin embargo, si no hay alguna novedad respecto al acuerdo rechazado en el Parlamento británico, la salida el 29 de marzo llevaría de la noche a la mañana a introducir controles veterinarios obligatorios en todos los animales que entren y salgan de Reino Unido.
El aumento de estos controles, aproximadamente un aumento del 50%, “provocaría grandes colas en las fronteras y supondrían una gran amenaza para los animales que se transporten”, aseguran los defensores de los derechos animales en Europa. Además, señalan que “los animales en Reino Unido podrían enfrentarse a una escasez de alimentos, incluso afectando a las mascotas”.
La mitad de los veterinarios del Reino Unido (51%) consideran al Brexit más como una amenaza que como una oportunidad, en comparación con el 43% que lo hacía en 2016, según una encuesta de la Asociación de Veterinarios Británicos (BVA, por sus siglas en inglés).
Desde la BVA advierten del “profundo impacto en la profesión veterinaria” que puede suponer un Brexit sin acuerdo. Actualmente la capacidad laboral de los veterinarios escasea y les preocupa la adaptación para ejercer eficazmente su trabajo.
Hace un mes, Simon Doherty, presidente de la BVA, comentaba que “una de las principales preocupaciones de los veterinarios es la importante escasez de personal veterinario en áreas como el bienestar animal y salud pública. Las preocupaciones veterinarias sobre el bienestar de los animales también han aumentado a medida que el Gobierno continúa demorando la introducción de una nueva legislación para consagrar la sensibilidad de los animales en la legislación del Reino Unido antes de marzo”.
Por otra parte, se espera que los ganaderos y agricultores de Gran Bretaña cambien su forma de trabajar para responder a la demanda interna, lo que provocaría una devaluación de la libra esterlina británica y haría que todo, desde la alimentación animal hasta las medicinas, sea más costoso.
Aun así, los expertos señalan que “el futuro del bienestar animal en Gran Bretaña, un futuro que se sentirá de una manera u otra en la UE, se decidirá en los próximos días”.