Las aves como “embajadores culturales” para promover reservas naturales y beneficiar a las personas y vida silvestre

Promover y priorizar las especies emblemáticas de aves como "embajadoras culturales" es una idea que ofrece oportunidades para integrar la gestión de la conservación de humedales con el turismo, de manera que se puedan brindar servicios ecosistémicos beneficiosos para las personas y, al mismo tiempo, ayudar a la vida silvestre.

Las áreas protegidas de conservación de humedales no solo conservan la biodiversidad, sino que también brindan importantes beneficios ambientales, a los que llamamos servicios ecosistémicos. Entre estos, se encuentran beneficios culturales como la recreación, la educación, el enriquecimiento espiritual y creativo, y la mejora de la salud mental y el bienestar. Si bien la gestión de reservas naturales suele reconocer la importancia de estos servicios ecosistémicos, es importante comprender mejor su consideración y utilidad en la toma de decisiones sobre la gestión del sitio.

Estudian a las garzas como "embajadores culturales"

En este marco, un estudio financiado por la Unión Europea ha demostrado cómo las garzas se convirtieron en una familia de aves "embajadoras" en el plan de gestión de la reserva natural costera de la Laguna del Rey, en el Parque Nacional del Gargano, Italia. Esto se logró gracias a que los investigadores combinaron observaciones de campo de las aves con cuestionarios para visitantes, con el fin de determinar con precisión cómo se podían combinar los objetivos de conservación y gestión centrada en los visitantes para orientar la gestión.

Este humedal de 40 hectáreas forma parte de la Red Natura 2000, restaurada a través de un proyecto LIFE de la UE en 2019. El mosaico de aguas abiertas, humedales y estepas saladas proporciona hábitat a, al menos, 94 especies de aves, y la observación de aves es una actividad popular, junto con senderos, torres y observatorios.

La familia de las garzas fue elegida después de que los investigadores investigaran qué especies emblemáticas podrían actuar como embajadoras culturales para promover la reserva natural. Querían elegir una especie que fuera fácilmente visible e identificable para visitantes no expertos, presente durante todo el año y atractiva para el público. En esta reserva, un análisis de la abundancia y distribución de las aves identificó seis especies potenciales. Sin embargo, ninguna cumplía con todos los requisitos. 

En su lugar, los investigadores seleccionaron la familia de las garzas, con ocho especies registradas en la reserva, como grupo emblemático. En conjunto, estas especies cumplían con todos los requisitos. Además, las garzas también son una especie indicadora útil para la salud de los humedales.

Para llegar a esta decisión, los investigadores realizaron estudios de campo para identificar especies de aves y grupos taxonómicos, e identificaron las áreas de hábitat mixto en mosaico como de máxima prioridad desde una perspectiva de gestión. Posteriormente, los investigadores preguntaron a 239 visitantes sus opiniones sobre la reserva, los motivos de su visita, sus niveles de satisfacción, su percepción de los servicios ecosistémicos de máxima prioridad que ofrece la reserva y los hábitats que asociaban más con cada uno.

El 63 % de los encuestados afirmó haber visitado la reserva para conectar con la naturaleza. La satisfacción fue mayor en el hábitat mixto y el humedal, pero menor en los hábitats agrícolas y seminaturales. El 45 % de los encuestados priorizó los servicios ecosistémicos culturales. Los encuestados asociaron los servicios ecosistémicos prioritarios con el hábitat mixto en el 52 % de los casos y con el hábitat del humedal en el 30 %.

Los investigadores concluyeron que la estrategia de gestión de la reserva debería centrarse en las necesidades ecológicas de la familia de garzas y en la mejora del hábitat mixto, y sugirieron diversas recomendaciones de gestión. Consideraron que la combinación de factores ecológicos y servicios ecosistémicos culturales (percepción del visitante) presenta ventajas al establecer prioridades, ya que la mejora de los beneficios para los visitantes podría incrementar los ingresos y el apoyo a la reserva. Asimismo, señalaron que esta acción de conservación podría proporcionar servicios ecosistémicos culturales para atraer visitantes. Por lo tanto, la alineación de estos objetivos creó un ciclo de retroalimentación positiva o un «círculo virtuoso» para maximizar los beneficios tanto para la biodiversidad como para la sociedad.

Como resultado, se propusieron medidas para mejorar los hábitats de las garzas y proporcionarles recursos (alimentación, reproducción, refugio y descanso) para optimizar su abundancia como especie emblemática. El objetivo es preservar el patrimonio de la biodiversidad y aumentar los servicios ecosistémicos culturales del humedal, garantizando así que tanto los recursos naturales como los culturales se valoren, protejan y mantengan de forma completa y adecuada.

Por otra parte, se recomendó adoptar un enfoque holístico en las estrategias de gestión, incluyendo la selección del grupo de especies más adecuado como embajadores, junto con el tipo de hábitat prioritario, las preferencias de los visitantes, la mejora de la diversificación del hábitat, el mantenimiento del equilibrio ecológico y la obtención de recursos esenciales para sustentar la diversidad del hábitat. Estas directrices pueden crear un ciclo de retroalimentación positiva en el que un ecosistema saludable proporciona experiencias culturales más enriquecedoras, y viceversa.